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Nos encontramos a las puertas de la huelga estudiantil. Decenas de centros educativos y cientos de alumnos y alumnas se han adherido a la convocatoria realizada por Ikasle Abertzaleak para este jueves. El alumnado denunciará la ofensiva capitalista que se está dando en la educación y reivindicará un sistema educativo socialista en las capitales de Hego Euskal Herria, poniendo el foco de las reivindicaciones el declive exponencial de la educación.

En la educación, además de los recortes llevados a cabo en el ámbito económico y personal, se está produciendo una desarticulación de contenido a gran escala, desde las enseñanzas medias hasta la universidad o la formación profesional. La educación no cumple la función educativa que debiera, al menos tal y como la entendemos: no es un medio para la culturización y el desarrollo intelectual y personal de la humanidad. Algunos cuantos indicios de este marco de comprensión de la educación pueden verse en la voluntad de algunos miembros del profesorado, pero muestra evidentes límites de desarrollo. Aun así, es cierto que más allá del paradigma de la educación que nosotros y nosotras reivindicamos, el actual sistema educativo cumple una función disciplinaria imprescindible para el capital, dado que en ella se reproducen las capacidades, los conocimientos, los comportamientos y actitudes que le son necesarias a la élite económica para el ciclo productivo. En los centros educativos, se produce un nuevo modelo de sociedad que se basa en el disciplinamiento y sumisión a la lógica del capital.

Aun siendo numerosos y no superfluos los motivos para unirse a la convocatoria de huelga, los obstáculos en las huelgas estudiantiles suelen ser  evidentes, sobre todo en las enseñanzas medias. Hay padres, profesores y partidos que boicotean activa y pasivamente las huelgas estudiantiles. Lo que no entienden es que cada intento de arruinar la huelga es un motivo más para secundarla.

A quienes envían a la policía a los centros educativos para dificultar el trabajo político; a quienes amenazan con poner falta el día de la huelga; a quienes juzgan cuáles de las formas de lucha en una huelga estudiantil son lícitas y cuáles no; al profesorado que, quitando los carteles de las paredes, vulneran el derecho a comunicarse y ser informado; a quienes hablan del sinsentido de la huelga cuando la militancia pasa de clase en clase informando de la misma; a quienes infantilizan los argumentos de los estudiantes; a los partidos políticos que defienden que el actual sistema educativo satisface las necesidades del proletariado: este jueves, daremos un paso más para derribar este sistema educativo capitalista y reivindicar el sistema educativo socialista. ¡Parad la ofensiva capitalista en la educación!