En las pasadas elecciones hemos podido observar diversos elementos diferenciales en Hego Euskal Herria, entre ellos, el crecimiento de EH Bildu desde las últimas elecciones municipales y, por el mismo camino, la notable caída de EAJ-PNV. Hoy por hoy, el proyecto político de EH Bildu se está convirtiendo en legítimo representante de los intereses de la clase media nacionalista, es decir, EH Bildu, a medida que se va integrando en el seno del Estado y despolitizando su programa político, parece haber adquirido la protección y la capacidad de representar los intereses de la masa electoral, acaparada por la clase media. Asimismo, se puede ver cómo se va reduciendo la masa electoral del programa político del PNV, el cual defiende los intereses de la burguesía nacional. Es previsible que esta tendencia continúe así, pues a medida que la sociedad se proletariza, el proyecto político de la burguesía tiende a mermarse y a tener dificultades para encontrar nuevas actualizaciones en las nuevas generaciones.
Sin embargo, quien quiera hacer política revolucionaria debe necesariamente prestar atención a las tasas crecientes de abstención. Por dos motivos principales: el primero, porque la abstención no sólo representa a casi la mitad de la población, sino que tiene un notable componente de clase. Hoy por hoy, el proletariado es el estrato social que ejerce en masa la abstención y, dentro de él especialmente la juventud trabajadora. El segundo motivo por el que la abstención adquiere una atención especial es que la política institucional está provocando la falta de adhesión de amplias masas hacia los partidos del capital, así como de forma más general hacia el Estado. Esto aumenta las posibilidades de hacer política en otros parámetros y lógicas. Para los y las comunistas, es de especial importancia organizar políticamente las masas amplias que no tienen representación en las instituciones y ejecutar su emancipación.
En el Estado español, sin embargo, el PSOE, hasta ahora eje del gobierno progresista, ha sido castigado. Es posible que la derecha haya capitalizado la frustración acarreada por la impotencia política mostrada por el gobierno, pues en las elecciones municipales hemos sido testigos de la victoria de la derecha en numerosos lugares. En efecto, si bien desde el gobierno progresista han subrayado con frecuencia que a través del gobierno han traído mejoras a nuestras vidas, la sociedad y sobre todo el proletariado puede afirmar unánimemente que sus condiciones de vida y su calidad de vida en los últimos cuatro años no sólo no han mejorado, sino que han empeorado considerablemente. Ante ello, Pedro Sánchez ha adelantado las elecciones generales en un intento de evitar el desgaste que sufriría su partido hasta diciembre, y así pretende capitalizar el voto de izquierdas. A esto hay que añadirle la debilidad de Podemos y el carácter claramente insuficiente de la propuesta de Yolanda Díaz.
Las noticias recién llegadas de la Unión Europea anuncian nuevos recortes. La impotencia de la izquierda para afrontar la situación y el auge de la derecha y la normalización del autoritarismo traerán consigo un ciclo electoral desesperante. Además, es previsible que la proletarización se profundice y recrudezca. A las puertas de un nuevo circo electoral, debemos tener claro que las campañas basadas en la demagogia y las falsas promesas no hacen más que enmascarar las políticas de miseria para el proletariado. Así pues, a nosotros y nosotras como comunistas, nos es indispensable consolidar una organización independiente que se articule de acuerdo con los intereses del proletariado, partiendo de que las políticas de miseria nunca nos propondrán soluciones reales contra el empeoramiento de las condiciones de vida del proletariado.