Hace dos semanas que, al hilo del material del ezgaztetxe Kijera, la Izquierda Abertzale iniciaba una escalada de tensión contra el Movimiento Socialista y sus militantes donostiarras. En los últimos días puede que la intensidad en las redes sociales y en la calle se haya ido moderando, no así en los grandes medios de comunicación. A partir de los acontecimientos de Donostia se han publicado numerosos artículos de opinión, reportajes y noticias sobre el Movimiento Socialista en diarios como El Correo, Diario Vasco, Noticias de Gipuzkoa y El Mundo. Asimismo, varios miembros del Movimiento Socialista también han sido señalados personalmente en uno de estos reportajes y sus datos personales han sido difundidos. Así pues, se han escrito varias barbaridades sobre el Movimiento Socialista: que es seguidor de Putin, que entiende el final de ETA como un error y que es financiado y controlado por un tercero, entre otros. Parece que han encontrado una oportunidad excepcional para señalar ante sus lectores el nuevo movimiento e intentar construir sobre él un estereotipo construido a base de mentiras. A los propietarios de grandes empresas de comunicación quizá no les haga demasiada gracia saber que en Euskal Herria, en los últimos años, miles de jóvenes se han unido al comunismo.
Mientras
tanto, Sortu y EH Bildu parecen haber dado la espalda a la invitación al
diálogo por parte del Movimiento Socialista de cara a calmar la tensión en las
calles y darle fin a la situación. De hecho, en la única declaración pública y
oficial de la Izquierda Abertzale relacionada con el tema, el artículo de
opinión que publicaron en nombre de Ernai en el diario Berria, califican de «chantaje» la llamada a la negociación.
Además, en Hernani, por ejemplo, sigue vigente el veto de la Izquierda
Abertzale contra el Movimiento Socialista en la comisión de txosnas (que le ha
impedido colocar su txosna junto con las demás) y a través del Ayuntamiento, EH
Bildu le ha prohibido la instalación de la txosna también en cualquier otro
lugar de la localidad. Los líderes políticos de la Izquierda Abertzale parecen
seguir con su apuesta por la misma estrategia hacia los comunistas, en el cual
no hay ni diálogo, ni debate político, ni negociación posible, sino nada más
que un esfuerzo por aniquilarlo violentamente.