ACTUALIDAD EDITORIAL IKUSPUNTUA CIENCIA OBRERA COLABORACIONES AGENDA GEDAR TB ARTEKA

Ya ha pasado un año desde que el día a día de los estudiantes sufrió cambios radicales; las cuarentenas, las inacabables clases online… desde el inicio de la pandemia infinidad de hechos rompieron el interminable hilo de la normalidad de la sociedad burguesa: entre otras cosas, la forma de relacionarse, la planificación del día. Y no son diferentes los cambios que se han producido en el ámbito educativo, ya que el vigente proceso de disciplinamiento capitalista también se ha notado en los centros educativos; el fenómeno del autoritarismo se ha acentuado gravemente en el momento en que la relación entre profesores y alumnos en la educación ha cambiado considerablemente: muchas de las medidas vigentes en el ámbito educativo se han adoptado con total arbitrariedad, dando un tratamiento despótico al alumnado. Es en el marco de la campaña de criminalización de la juventud trabajadora donde podemos entender la deshumanización que se ha llevado a cabo con respecto al alumnado, ya que se ha formado un imaginario totalmente falso de los alumnos, con el fin de facilitar tanto las elecciones autoritarias de las autoridades políticas como las direcciones de los centros de estudio.

No es casual que, a las puertas de una reestructuración del sistema capitalista, las decisiones de la oligarquía financiera para la transformación de la institución educativa vayan en la dirección de aumentar la capacidad de intervención de las empresas privadas, así como profundizar en la digitalización. En esencia, la educación es un ámbito especialmente estratégico, una institución imprescindible para manejar la producción de la fuerza de trabajo futura.

Así las cosas, las movilizaciones que realizará IKAS el próximo 25 de marzo son iniciativas necesarias para impedir la ofensiva burguesa también en el ámbito educativo; ya que, más allá de responder a un enfoque tanto táctico como coyuntural, la movilización de IKAS es una iniciativa que posibilitará la aportación estratégica -incrementar el control obrero sobre la educación-, así como sus dinámicas políticas -«contra el autoritarismo unidad estudiantil»-. El desastre capitalista ha golpeado duramente al alumnado y al sistema educativo, y a ello se debe el llamamiento a tomar las calles; en este contexto, nos parece absolutamente necesario. Por un lado, en un contexto de pérdida de cultura organizativa para fomentar una tendencia contraria, es decir, para arraigar la cultura organizativa; por otro lado, para dar eco a las problemáticas concretas que IKAS ha abordado durante todos estos meses en múltiples centros educativos (control social, derecho a la autonomía de estos estudiantes…) y aumentar progresivamente el poder y la capacidad de mando de la clase trabajadora, a través de los triunfos que pueda lograr el alumnado.