(Traducción)

Mucha gente ha acudido hoy (10 de enero) a las movilizaciones que ha llamado Erraki, cientos de jóvenes se han reunido en Iruña y en Donostia. Han realizado una manifestación en las dos ciudades referidas bajo el lema «¡Frente a la ofensiva contra la okupación autodefensa!», con el objetivo de denunciar el sinfín de ataques que últimamente ha sufrido la okupación. Por ejemplo, los medios de comunicación han puesto una enorme atención a los casos de okupación que ha habido esta pandemia, y, la mayoría de veces, los han utilizado descaradamente para criminalizar y condenar la okupación. Los ataques, sin embargo, han sido de todo tipo: la aparición de grupos como «Desokupa» y el crecimiento de su actividad; medidas judiciales que dificultan la okupación y, a la par, medidas que la castigan más severamente; desahucios y saqueos; y un largo etcétera. Los motivos para manifestarse eran claros, pero Erraki, la red de defensa de los espacios bajo control obrero, ha tenido que hacer frente a diferentes dificultades para que las manifestaciones de hoy fueran significativas. Pues, el mismo contexto es el que hace especial el día de hoy, porque las manifestaciones han sido muy exitosas.

Han sido diferentes las acusaciones que se le han hecho a Erraki, las cuales han estado presentes hasta hace poco. Y si, han sido ofensivas, porque se ha dicho de todo sin conocer bien la red de defensa ni su trabajo; de todos modos, los que han trabajado directamente con Erraki han podido conocer de cerca la efectividad de la red de defensa y sus modos de trabajo. Es decir, quién son, cómo y con qué objetivo trabajan. Debido a esto último, el día de hoy se ha visto con claridad lo que Erraki ha conseguido en su breve trayectoria, pues, de algún modo, las dos manifestaciones también han sido acciones de apoyo a Erraki. Desde el día que se presento ha tenido que hacer frente a obstáculos y lo ha hecho, con mucho coraje. En estos tiempos que el proletariado tiene escasos recursos para vivir y para militar, el trabajo de Erraki es de primera necesidad, porque una red de defensa así puede posibilitar un modelo efectivo y político de ocupación. Por ello, los que están mal hablando deberían de reflexionar con detenimiento a qué se están dirigiendo tan osados: no hay ningún motivo racional para menospreciar el trabajo que está haciendo Erraki, ni tampoco argumentos sólidos como para negar su efectividad en términos morales. A la voluntad política de Erraki solo es posible hacerle frente en nombre de una supuesta libertad que se cimenta en el egoísmo y la comodidad individual, en nombre de la libertad que es el mal de la aristocracia obrera. Por favor, no neguéis al proletariado, al que realmente lo necesita, esta sensata opción de organizarse, no al menos quienes no lo necesitáis.