FOTOGRAFÍA / Zoe Martikorena
2022/10/03

Nos reunimos con Beatriz Villahizán, portavoz de SOS Racismo Nafarroa, para analizar cuál es la realidad que vive la clase obrera migrante hoy en día. Causas, intereses, crítica al uso de la categoría refugiado, empobrecimiento, situación de las mujeres trabajadoras, racismo, sistema de protección social como chantaje, claves para la organización… Comprendamos los elementos para hacer frente a la espada de Damocles que sujeta el capitalismo.

¿Cuáles son los principales factores que tiene en cuenta el sistema a la hora de tratar de una manera u otra a una persona de origen extranjero?

La clase social, las condiciones socioeconómicas, el origen geográfico, la racialización, el género… Todo eso hace que el sistema te ponga en una casilla o en otra, y con esto juega el capitalismo a nivel mundial. El orden mundial se explica también así: existe un norte global –que sigue importando una clase trabajadora que necesita que sea vulnerable, exportable, desregularizada, «circular»– y un sur global. Lo de «circular» lo dijo Mariano Rajoy cuando ganó las elecciones, desde el descaro profundo. Dijo que lo que quería era un modelo que pudiese manejar al antojo de las necesidades del mercado, y así está diseñada tanto la ley de extranjería como las políticas migratorias a nivel mundial.

En cuanto al origen geográfico, hay una parte del sur global que puede acceder, por ejemplo, a Euskal Herria, con visado de turista, mientras que desde África y parte de Asia la entrada está prácticamente vetada, llevando a cabo una política de externalización de fronteras y cierre de las mismas.

Aun así, lo que verdaderamente define si puedes hacer una ruta o no, incluso hacer una ruta u otra, es la capacidad económica y la clase a la que perteneces, tanto en tu país de origen como allá a donde vas. Así está estipulado a nivel legal a través de distintas medidas. La realidad es que la nacionalidad se compra, es decir, si tu nivel adquisitivo es alto tendrás garantizada tu residencia «legal».

¿Cómo ves el uso que se hace de la categoría de persona refugiada?

Dentro de las categorías de qué personas van a formar parte de la sociedad y de en qué categorías van a estar de merecimiento de derechos, la categoría de refugiado ha servido para deslegitimar más aún el derecho a migrar y a circular libremente.

«La categoría de refugiado ha servido para deslegitimar más aún el derecho a migrar y a circular libremente»

Si vienes de una zona con conflicto armado reconocido por la Unión Europea y/o el estado –no vale solamente con que exista el conflicto–, y si consideran que tu integridad peligra, te darán la categoría de refugiado; sin embargo, si no lo consideran, no te la darán, pasando a ser un migrante común y quedándote (si es que no te deportan) en situación irregular. Ejemplo de ello es lo rápido que apartan de esta categoría a los que desde las instituciones llaman «migrantes por causas económicas».

En Euskal Herria más o menos solo un 5 % de las peticiones de asilo son favorables. En realidad, por mucho que la Unión Europea y sus estados lo digan, no tienen una política favorable y común de asilo. Es muy hipócrita lo que está pasando con este tema. Además, aquí y ahora todo está pensado para que la persona refugiada pueda cotizar unos años en el mercado laboral regular, pero luego la empujen al mercado irregular. Es tremendo.

La ola de solidaridad que surgió, sobre todo, en el año 2015, con la fotografía de Aylan ahogado en una playa, fue un revulsivo que puso en manifiesto la hipocresía, no solo de la sociedad, sino de la clase política que de repente se veía haciendo un discurso desde el buenismo con quienes consideraban que eran refugiados y refugiadas, y eso servía para seguir desregularizando derechos al resto de la clase trabajadora migrante.

Todo el relato que se ha hecho por los derechos de las personas refugiadas también ha valido para seguir criminalizando el derecho a circular libremente y seguir apuntalando acuerdos de externalización de fronteras, como el pacto con Turquía, pacto hecho a imagen y semejanza del pacto del Estado Español con Marruecos.
Afianzan y reafirman así, el papel que tiene la Unión Europea y sus brazos armados, como la OTAN, a la hora de definir qué es conflicto y qué no. Qué zona es «segura» y qué no. Después de 2015 se rezonifica el mundo. En Siria fue brutal que llegaran a aceptar o no solicitudes de asilo por barrios, dependiendo de quién tenía el control en cada momento.

Como estos pactos que se venden de «vamos a repartirnos cuotas de personas refugiadas», cuando dicen que la Unión Europea va a hacer uso de la legislación, de los protocolos de Dublín, y de tal… Cuando obviamente sirven para seguir reafirmando sus intereses y su discurso. Creo que la sociedad mayoritariamente no llega a pillar esto de primeras, aunque digas «¡es obvio!». Por ejemplo, Alemania pactó aceptar una cantidad determinada de refugiados a cambio de poder devolver a su país de origen a cientos de personas que llevaban en Alemania en situación irregular igual veinte años, y veinte años son muchos –quitando que estés en la situación que estés–. Puede ser casi toda tu vida y que no tengas relación con tu país de origen. Sin embargo, Alemania vendió una imagen de acogida, y de esa forma consiguió personas con perfil académico más elevado, consiguió ayudas económicas y fue un chollo para las empresas, con bajos sueldos y subvenciones públicas. Fue un caso muy claro en el que empresarios alemanes y turcos negociaron con personas como si fueran cromos. En eso consisten las políticas migratorias y de asilo.

Las políticas migratorias y las leyes de extranjería son justamente uno de los precios a pagar por los estados para entrar en la UE y anteriormente en las organizaciones que le preceden. El Estado Español, por ejemplo, funciona como país tapón del sur de Europa y esa es una de las cartas que utiliza a la hora de negociar tanto con la UE como con Marruecos.

¿Qué herramientas dirías que se utilizan para perpetuar la situación de pobreza de las personas migradas?

Sobre todo, la ley de extranjería. Han legalizado una categorización de la población; han legalizado que haya una parte de la población que no tenga la categoría de ciudadanía, sin garantía de igualdad de derechos. Y esto desde el 85. Esto es un pacto de Estado. Todo el mundo sabe que, gobierne quien gobierne, la ley de extranjería no se va a tocar. Además, las reformas han ido a peor y, cuando quieren que parezca que va a mejor, hacen lo que han hecho en agosto. Desde el 15 de agosto tenemos una reforma del reglamento de extranjería, a raíz de una ILP (una iniciativa legislativa popular liderada en las grandes ciudades por distintas asociaciones de personas migradas con 500.000 firmas a nivel del Estado Español) que pedía la regularización extraordinaria y masiva sin condiciones ni requisitos –que no es algo nada loco–. Entonces es cuando el gobierno decide adelantar por la derecha, y sin considerar la ILP, pone en marcha dicha reforma pero desde el buenismo. De esa forma, hacen reajustes según las necesidades del mercado laboral y la reforma laboral que han pactado con la patronal. ¿Por qué? Porque el número ingente de personas en situación irregular les desajustaba totalmente el planteamiento. Piensa que, para justificar el arraigo social, que es la forma mayoritaria de regularización, se tenían que aportar contratos indefinidos, contratos de más de un año de duración, jornadas de más de treinta horas… Da mucha rabia la hipocresía y el buenismo con el que lo venden.

«Todo el mundo sabe que, gobierne quien gobierne, la ley de extranjería no se va a tocar»

La ley de extranjería hace que haya una bolsa permanente de personas en situación irregular. Personas con sus familias, tanto en el estado como fuera. Esto se refleja en cada norma, en cada administración, educación, sanidad… Todos y cada uno de los derechos fundamentales sesgados y condicionados a la categoría de ciudadanía que tú tengas. Esto sujeto permanentemente a tener un contrato laboral, mantenerlo o a tener relaciones familiares con la persona que tiene el contrato.

Creo que estamos en una época muy desenmascarada, donde si quieres saber que supone la política migratoria y la ley de extranjería tampoco hace falta que elabores teorías complejas. Lo tienes muy fácil a través del día a día y leyendo la propia ley.

¿Se devalúa aún más a las mujeres trabajadoras de origen extranjero a través de mecanismos específicos?

En cuestiones de leyes, explícitamente, no. Pero a nivel práctico está claro que sí, y la hace más vulnerable. Los nichos laborales a los que son empujadas las mujeres trabajadoras migradas son muy obvios (cuidados, limpieza…). Entre otras razones, eso lleva a padecer de forma más violenta la falta de derechos, por ejemplo, en el caso de la sanidad, si no hay un acceso universal y garantizado a ella ¿en qué situación deja esto a las mujeres que sufren violencia machista, a quienes tienen cualquier tipo de accidente laboral y cargas familiares? O ¿cómo se garantiza una salud ginecológica adecuada si ni siquiera puedes acceder a ella? El caso de la vivienda es igualmente grave. Esta situación hace a la mujer más vulnerable también ante la violencia machista, obligadas a vivir con su maltratador. Todo esto teniendo en cuenta que poner una denuncia podría suponer la pérdida de la custodia de los hijos. Se han dado casos de mujeres, en situación irregular, que tras denunciar han sido expulsadas. Fernando Grande-Marlaska, magistrado y actual ministro del Interior del Gobierno de España, dijo que la ley de extranjería y ley de protección de víctimas de violencia machista tenían el mismo rango y que por lo tanto está legitimado el expulsar a una mujer víctima de violencia machista. Va y se carga el estatuto de protección a las víctimas con esa frase de mierda. Ni que hablar de los casos de violencia hacia las mujeres que trabajan dentro del domicilio de sus jefes, sin poder denunciarlos por no tener papeles.

«Fernando Grande-Marlaska, magistrado y actual ministro del Interior del Gobierno de España, dijo que la ley de extranjería y ley de protección de víctimas de violencia machista tenían el mismo rango y que por lo tanto está legitimado el expulsar a una mujer víctima de violencia machista»

Otro tema a tener en cuenta es que nos encontramos con que la gran mayoría mujeres –también niñas y niños– que migran de forma irregular, desaparecen en un momento dado de la ruta, siendo víctimas de trata, y eso está permitido y sustentado por las políticas migratorias.

Cuando se habla de las mafias es muy gracioso la dejación de responsabilidades absoluta que hacen las autoridades con este tema. ¿«Con la trata no hay trato»?. En un sistema en el que las personas sobreviven en los márgenes y en el que obligas a cruzar no sé cuantas fronteras. La causa directa de las mafias, de la trata, etc. son la UE y sus estados.

También está el tema del sostenimiento familiar. Generalmente son mujeres quienes migran de Latinoamérica y Centroamérica, sosteniendo las cadenas globales de cuidados. A esto habría que sumarle que, además, casi del cien por cien de las familias monoparentales se encarga la madre.

Y luego está el hecho de tener que mantener relaciones familiares para mantener la tarjeta de residencia. Obvio, también tiene repercusión directa en las mujeres. ¿Qué capacidad tienes de separarte de la pareja de la que depende tu tarjeta de residencia?

Existe una doble mirada por parte del Estado, también hacia los menores de origen extranjero, de «no tengo otra que hacer que, te protejo, pero al mismo tiempo te criminalizo». Depende del momento o del contexto te toca la una o te toca la otra. El hecho de que haya un menor que migra solo pone en evidencia al sistema, y el Estado dice: «Ay, ¿qué hago contigo? Tengo que protegerte, pero en realidad te quiero expulsar, te quiero explotar, te quiero utilizar...».

Racismo, agresiones invisibilizadas... ¿Son también herramientas de las cuales las instituciones se limpian las manos a la vez que las alimentan?

Claro que sí, día tras día se alimenta el racismo. Como dato, el 95 % de las entradas migrantes al Estado Español son por vía regular (tanto tierra como aire) y un 5 % son por vía irregular. Sin embargo, el foco mediático está permanentemente en ese 5 %, porque les interesa construir un relato de criminalización, de cierre de fronteras y de garantes de la seguridad. Desde el año 2001 los estados de la Unión Europea han querido relacionar especialmente los procesos migratorios con la seguridad o, mejor dicho, con la falta de seguridad.

¿Hasta qué punto las ayudas mínimas que se reciben por parte de las instituciones burguesas buscan «ayudar» o «chantajear»?

Pienso que el sistema de protección social que tenemos configurado, que se supone que es para garantizar la cobertura de las necesidades básicas a nivel económico, entre otras –es decir, las llamadas medidas de inclusión social–, tal y como está configurado, es un mecanismo ideal de control sobre la parte de la población que más vulnerabilizada y desregularizada está. Vuelve a ser un mecanismo de control y de represión directa.

Cuando una mujer en situación irregular con hijos no puede hacer frente al pago de una vivienda y solicita una prestación social básica porque no puede trabajar de manera regular, se le da una prestación económica, pero automáticamente va en el pack una mirada sobre ella. Tras el «qué necesitas» va «cómo estás criando a tus hijos», «cómo están tus hijos en la escuela», «cómo estás cumpliendo tus obligaciones o contraprestaciones»… Esa mujer desde que entra hasta que sale del programa de protección social va a ser vigilada. Si todo va bien… Todo va bien; pero si algo falla el foco va a estar en ella, la culpable va a ser ella. Esto es lo que tenemos.

Para que el sistema te «ayude» tienes que estar en una situación grave, pero no demasiado grave, porque entonces ya no le servirás. Y eso se traduce en que te quiten ayudas, te quiten la custodia de los hijos… Tienes que estar midiendo qué decir y qué no decir; hasta dónde me quejo. Puedes pedir ayuda, pero no caerte.
Cuando se rellenan los documentos para las rentas garantizadas hay un recuadro que a mí siempre me ha llamado mucho la atención y me sangraban los ojos cuando lo veía. Es respecto a los ingresos. Obviamente cuando estás en situación irregular la entrevista es bien sencilla, no tienes ni identidad fiscal. «¿Ingresos?». Cero. «¿Ingresos irregulares?». ¿Cómo que ingresos irregulares? Y entonces te señalan opciones: «procedentes de recogida de chatarra, de trabajo doméstico, de venta ambulante...». Pero yo creo que hay otros tipos de economías sumergidas que ahí no aparecen y que son conocidas por todos, ¿no? Está claro a qué sector de la sociedad sí pregunta el Estado cuánto dinero gana y a cuál no. Parece una bobada, pero queda muy claro que hay un sector de la población que claramente está más vigilado que otro. No solo por la autoridad judicial y policial, sino por el propio sistema de protección social que vuelve a victimizar y a criminalizar al sector de la población que se supone que más necesitado está.

Se está robando la dignidad a la población migrada y, también, a la población racializada –por ejemplo, a la población gitana–. Parte de esta contraprestación económica se centra en «enseñarte a vivir». Recuerdo compañeras que me decían que las habían metido en cursos para planchar, limpiar el hogar, que les habían puesto una educadora social… Esto es de una violencia enorme: que alguien venga a enseñarte cómo vivir, cuando obviamente tú, que igual te has recorrido medio mundo, vives en el margen y tienes más que estrategias. Podrías ponerte tú a dar esos cursos, pero los recibes.

No solo no te están reconociendo ni reparando el daño que supone que tú no tengas situación regular –que no es para nada tu culpa ni responsabilidad, sino que es racismo institucional–, sino que encima te tienen que dar un curso para que seas apta para formar parte de la sociedad «de aquí».

Lo mejor que se puede decir de todas estas políticas de inclusión es que son asimilacionistas y, lo peor, es que criminalizan. Tendríamos que pegarnos una revisión bastante potente a todas las políticas de protección social.

«Lo mejor que se puede decir de todas estas políticas de inclusión es que son asimilacionistas y, lo peor, es que criminalizan»

¿Qué función cumple la migración para el sistema?

El sistema se lo monta perfecto. Tiene dos mercados, uno regular y otro irregular. Ambos tienen una clase trabajadora que lo sustenta y, además, crea nuevos nichos laborales. Por otro lado, los impuestos los pagan todas las personas, estén en la situación que estén. Y engordan las arcas a través de la alimentación y de la vivienda, entre otras.

«El sistema se lo monta perfecto. Tiene dos mercados, uno regular y otro irregular»

El beneficio empresarial del trabajo sumergido es muchísimo. Y del trabajo doméstico hay mucho que hablar. Que los cuidados recaigan en personas de origen extranjero, mayoritariamente en situación irregular, hace que el Estado no se tenga que hacer cargo de una problemática histórica. De esa forma, resuelven la cuestión de los cuidados dentro del sistema capitalista. Parece que hay mercados y nichos que nunca caen, por que permanentemente tienen una bolsa preparada y diseñada para ello. Es el crimen perfecto. ¿Qué necesito? Trabajadores, trabajadoras. ¿En qué nichos? En estos. ¿En situación regular o irregular? Para algunos nichos mejor en situación irregular, porque ahora vete y defiéndete. No puedes ni decir que estás así, aunque el Estado lo sepa, porque tienes que estar empadronado para tener lo más básico. El Estado sabe exactamente qué personas están en situación irregular y donde se encuentran.

Estar en situación administrativa irregular es una falta administrativa, no es un delito. Eso se puede castigar ni más ni menos que con la privación de libertad y con la expulsión del territorio. Mayoritariamente se aplica la expulsión del territorio, pero en la mayoría de los casos no se llega a expulsar, porque en realidad es un mecanismo de control a través del miedo; el miedo de tener siempre la espada de Damocles. Los centros de internamiento para extranjeros (CIE), por ejemplo, que se supone que son dispositivos para expulsar, no se utilizan para ello, sino que en la mayoría de los casos se utiliza para identificar a quien pasa la frontera y como mecanismo de control y miedo. Ningún gobierno ha puesto especial hincapié en expulsar a las personas, aunque siempre mantienen un porcentaje de expulsiones para poder rendir cuentas cuando necesitan, diciendo que expulsan a quien comete delitos. Diría que el castigo que verdaderamente se impone es hacer estar en situación irregular, incluso cuando ya has conseguido regularizar tu situación, llevándote otra vez a la casilla de salida si las autoridades lo consideran. La UE dice: «te dejo entrar cuando yo quiero, como yo quiero y estarás como yo quiera».

¿Cuáles son las claves para organizar también a las personas migrantes en un proceso revolucionario?

Por un lado, apoyar la autoorganización blindando estructura. Hay que abrir el espacio para que haya nuevas formas de incidir políticamente y para dar vía a que se desarrollen las capacidades de las personas migradas. Porque hay toda una agencia de organización, toda una forma de hacer política, que viene del sur global, y que aquí ni la olemos. Por otro lado no dejar de denunciar el racismo –también el institucional– en estos términos. Hay que visibilizar todos estos mecanismos de violencia y seguir señalando donde debería estar la responsabilidad. Y eso a pesar de que de manera constante, por ejemplo en Euskal Herria, nos dicen que todo lo que tenga que ver con extranjería es estatal, mientras que el estado le da otra patada a la pelota y dice que son asuntos de la UE. Ya vale. Si consideras que unas ley no es justa o desobedeces o la palías. Para la deuda ya desobedecen los estados.

«Hay que abrir el espacio para que haya nuevas formas de incidir políticamente y para dar vía a que se desarrollen las capacidades de las personas migradas»

En ningún momento vamos a conseguir defensa de derechos si tenemos una ley de extranjería encima de la mesa. Eso hay que tenerlo claro. Cuando en el año 1985 sale la ley, las primeras que se organizan son las sindicalistas de base, no solo porque es un ataque directo a la clase trabajadora, sino porque una de las medidas es prohibir sindicarse a toda persona en situación irregular; medida que finalmente se consiguió echar atrás.

Hay que tener en cuenta que la represión siempre se va a cebar más con la parte más vulnerable; atemorizando, expulsando, privando de libertad, desregularizando… ¿Quién tiene más necesidad de ocupar una vivienda? La represión será más cruda hacia esos perfiles. Evidentemente, habrá que crear mecanismos que garanticen que nos podamos organizar. Y, por supuesto, quienes tienen más capacidad de organizarse, tienen que dar respuesta a las necesidades más inmediatas..

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