ACTUALIDAD EDITORIAL IKUSPUNTUA CIENCIA OBRERA COLABORACIONES AGENDA GEDAR TB ARTEKA

El árbol no pone excusas para caer. El volcán no tiene que disimular su destrucción. El pájaro que huye de la jaula no se excusa, y el león no oculta sus intenciones delante de las cebras. Distinta cosa es el ser humano. Miente: al prójimo y a uno mismo, a toda la humanidad, a un grupo humano o a su grupo humano.

En ese juego, diferencia entre razones y excusas. Las razones son platos repletos de comida: se ponen encima de la mesa para así saciar el ansia de saber que genera la pregunta "¿por qué?". Las excusas, en cambio, son escobas para esconder bajo la alfombra el porqué o hacerlas invisibles esparciéndolas por el suelo. Evidentemente, no debe ser fácil poner la mesa si alguien está barriendo la superficie de la mesa.

Quien denuncia la injusticia tiene una relación justa y honesta con las razones de sus acciones. No oculta sus intenciones: aún más, prepara la mesa e invita a todo el pueblo al banquete de los porqué. En ocasiones también es invitado quien comete la injusticia. En ese banquete llamado negociación, se espera que cada uno traiga su propia comida, sus razones: en función de la idoneidad de estos, se puede buscar la solución al problema.

Pero el injusto pocas veces acepta la invitación: sabe cuales son sus razones, pero no quiere que el resto las sepa. Suele preferir quedarse en casa: con las ventanas y puertas bien cerradas, para que no llegue el olor del banquete y barriendo el suelo para que los de casa no huelan ni rastro de la injusticia. Además, por si piensa que le va mejor para el disimulo aceptar la invitación, acude al evento con inútiles platos deformes y vasos con agujeros; quiere repartir tenedores sin punta y cucharas planas entre los comensales.

De tanto pasar la escoba, el injusto acaba metiéndose en un círculo vicioso: ya ha dado tantas excusas, que siente que ya no puede corregir sus acciones. El haber dado excusas durante mucho tiempo se convierte en una razón añadida, lo mismo que el dar excusas ante la acusación de injusticia es una injusticia añadida. Pero, a quien ha dado razones desde el principio, no le importan los problemas del injusto: sólo quiere resolver la cuestión.

¡En las txosnas, no a los vetos políticos, solución ya!

NO HAY COMENTARIOS