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Quizás esta semana te hayas podido sorprender porque al ir a la consulta del médico no te han atendido. "Ya te llamaremos, están de huelga". Una huelga que ha suscitado bastante debate entre muchos médicos y ha podido levantar dudas sobre qué implicaciones puede tener todo este movimiento. 

Los profesionales sanitarios tenemos motivos de sobra para movilizarnos, y es que no tengo más que irme a la noticia de la semana pasada del Hospital de Torrejón, donde han salido a la luz varios audios dando la instrucción de dejar de hacer intervenciones que no son rentables para así aumentar la ganancia, a costa de alargar las listas de espera de los pacientes. Tanto los pacientes como los trabajadores estamos enfadados, el desmantelamiento sanitario lo estamos viviendo cada vez de forma más evidente, y es en este contexto donde nace la propuesta de reforma del Estatuto Marco y la contrapropuesta de un Estatuto Médico Propio. 

Por un lado, cabe decir que es evidente que la reforma del Estatuto Marco que propone el Ministerio de Sanidad actual no es, de ninguna forma, la solución. Todo lo contrario, son obvias las maniobras administrativas y legales que quieren llevar a cabo desde el Gobierno de España para mantener a flote el sistema sanitario actual frente a la crisis capitalista, de tal forma que maquillan desmantelamiento y colapso sanitario y reestructuran los servicios. Y a eso nos lleva el Estatuto Marco: a un incremento de la flexibilidad laboral en forma de posible pérdida de horario fijo, a un aumento de la jornada laboral, o a una disminución del descanso mínimo según necesidades organizativas y asistenciales, por ejemplo. 

Por otro lado, que la contrapuesta a ello se centre en un movimiento para mejoras corporativas de únicamente el estamento médico tampoco creo que sea la solución. No es acertado dejar de lado las reivindicaciones conjuntas de otros estamentos sanitarios que viven de igual manera todo este fenómeno, ya que ellos también sufren en múltiples formas las consecuencias de la crisis sanitaria. Podemos ver cómo los ambulancieros se han movilizado por publificar las ambulancias, los técnicos de rayos por mejorar su formación reglada, las trabajadoras de urgencias de Nafarroa por aumentar el personal, o las trabajadoras de limpieza por mejorar sus condiciones laborales. Queda claro que todas estas reivindicaciones tienen una causa en común: la crisis sanitaria. Por lo tanto, considero que la prioridad debería ser dirigir las luchas en esa dirección. Marcar una línea entre los médicos y el resto dificulta la unidad de clase entre estamentos, elemento indispensable para la lucha por las condiciones en el sector. 

Me gustaría pensar que toda esta contrapropuesta para tener un estatuto propio no esconde la única intencionalidad de que a los médicos les suban el sueldo, en última instancia. Porque hacerle frente al desmantelamiento no puede centrarse solamente en eso. Me gustaría pensar también, que todo esto no trae consigo la intención de aislar luchas de distintos gremios, pretendiendo salvar nuestro navío médico a costa de que los demás sigan viviendo de manera más desproporcionada el desmantelamiento sanitario. La sanidad está a la deriva y el colapso sanitario será progresivo e inminente, la única solución posible es la solidaridad y lucha conjunta entre trabajadores a favor de una sanidad que de verdad sea universal, gratuita y de calidad, y no a merced de la ganancia aprovechándose de la salud y de la enfermedad.

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