ACTUALIDAD EDITORIAL IKUSPUNTUA CIENCIA OBRERA COLABORACIONES AGENDA GEDAR TB ARTEKA

Un semáforo en rojo en una calle de la ciudad. Allí, un coche de camino al trabajo y dentro, tú. La espera a la luz verde te proporciona un tiempo del que de otra manera no hubieras dispuesto para analizar el entorno:

"Nos ha dejado perplejos que GKS publique el programa cuando no hemos autorizado esa iniciativa" dice el alcalde de Villava desde la emisora del coche. "Como vecina de Villava, una serie de ideas para que no intoxiquen el debate, que las redes es lo que tienen [...] Atarrabia se comprometió a realizar un festival de música en el pueblo, el HTX de invierno [...] Quieren acampar en una zona inundable..." narra un mensaje en el grupo de tu barrio/pueblo. “¿Estos qué son, los mismos que en las txoznas de Gasteiz?" pregunta otro. "Sí..." responde el último.

Luz verde y continuas con el camino habitual al trabajo. En el poco tiempo que has tenido para digerir todo lo percibido te ha surgido una duda que te acompañará hasta el trabajo: ¿En qué hostias andan estos jóvenes?

He ahí, todos los mecanismos de quienes tienen los medios para construir un discurso en marcha y en medio de todo eso, tú, una víctima inopinada más de la eficacia de esos mecanismos, en el campo de batalla de la verosimilitud.

Un semáforo en rojo en una calle de la ciudad. Allí, un grupo de peatones en la acera y entre ellos, tú. La espera a la luz verde te proporciona un tiempo del que de otra manera no hubieras dispuesto para analizar el entorno:

Llevas desde abril intentando llegar a esta acera, llegaste en julio y te encontraste el semáforo en rojo. En mayo te dijeron verbalmente que sí y te plantearon la idea de presentar todo después de las elecciones. Aun pidiendo un sí escrito, te dijeron que esas cosas son cosas del último momento. Desde entonces has invertido fuerza militante, tiempo y dinero en esto. Y todo esto para llegar, y encontrar el semáforo en rojo. Has tenido que escuchar que has publicado esto sin permisos, y que has sido tú quien ha buscado esta situación. Parece que las inversiones que exige el Topagune Sozialista las has hecho para nada. Te han dicho que tu objetivo no es extender la organización comunista en las nuevas generaciones y que has tirado todo a pique a propósito. Por si no lo sabías, el Topagune Sozialista es ahora un macro festival de música y las inundaciones sólo te afectan a ti. (¡Ah, y esto quizás ya lo sabías, pero, sorpresa! No eres parte del pueblo, por un lado, estás tú y por otro, el pueblo.)

El semáforo para los que queremos cambiarlo todo radicalmente siempre está en rojo, y el tiempo que nos hemos tomado para digerir lo percibido nos lleva a una lectura de la situación:

Los problemas técnicos se convierten inevitablemente en expresiones de falta de voluntad política cuando se oponen aquel que técnicamente está dispuesto a adaptarse; y la falta de voluntad política cuando se opone a una iniciativa que busca politizar la juventud y extender la organización comunista se convierte en seña de identidad de los gestores (de todo tipo de color) del orden social y económico actual. Convertirse tal vez, hace tiempo ya que algunos se convirtieron en eso, y desde entonces, cada vez lo manifiestan de una manera más evidente.

El que no quiera verlo lo tiene cada vez más difícil, pobrecito. Para el que no quiera verlo y para quien lo vea, palabras de Gopegui a las que siempre vuelvo cuando las batallas se dan en el terreno de los relatos:

“Sois los okupas de la verosimilitud, aunque os presentéis como sus legítimos propietarios. Y tarde o temprano os vamos a desalojar, no para ponernos nosotros en vuestro sitio, sino para que cualquiera pueda pasear por ella, por sus dependencias, asomarse a sus ventanas, recorrer sus parques y jardines.”

Una ventana medio abierta para acceder al palacio de la verosimilitud por el que podrá transitar cualquiera: el Gazte Topagune Sozialista, entre el 13 y el 14 de octubre entre Villava y Burlada.

NO HAY COMENTARIOS