«En los tiempos sombríos,/ ¿se cantará también? También se cantará/ sobre los tiempos sombríos». Bertolt Brecht lanza la pregunta y da la respuesta en su obra Svendborger Gedichte (Poemas de Svendborg, 1939), al comienzo de la parte en la que recopila algunas canciones. Son las de Brecht canciones escritas en tiempos oscuros, escritas desde el exilio en el que se hallaba tras huir de los nazis que habían copado el poder político. Algunas de esas canciones se convirtieron en himnos del movimiento obrero, y muchas de ellas mantienen su significado en estos tiempos de diferente oscuridad, aunque se trate de un significado por el que hay que luchar.
Entre las «canciones de tiempos oscuros» escritas por Brecht se encuentra otro conocido poema que lleva este estribillo: «O todos o ninguno. O todo o nada/ uno solo puede salvarse/ o los fusiles o las cadenas/ O todo o nada». Mikel Laboa lo incluyó en un EP de 1969, en plena época de la Nueva Canción Vasca, junto con otros tres poemas musicados de Brecht. Por lo que se sabe, Laboa dejó de cantar Denak ala inor ez en 1975.
Los tiempos oscuros son aquellos en los que apenas se puede imaginar un futuro: tiempos de derrota, de resignación. Pero también de rabia e impotencia. En la década de 1980, la proletarización y la resignación derivada de la integración de los planteamientos revolucionarios –la falta de futuro, en suma– derivaba en respuestas de aceptación destructiva del presente, por parte de, por ejemplo, Eskorbuto: «Los que trabajan / Se olvidan de los parados / Y los que están libres / De los encarcelados / No hay amigos, ni enemigos / Lucha necia, todos contra todos» (Anti-todo, 1986). Al mismo tiempo, la Izquierda Abertzale intentaba encauzar esa impotencia para atraer hacia su proyecto político a jóvenes que se movían en la escena de Euskal Herria y que eran susceptibles de tener esa desconfianza hacia la política, a través de dinámicas como Martxa eta Borroka, Euskadi alegre y combativa, el concurso Egin Rock y similares.
La falta de futuro también adopta múltiples formas en el terreno artístico. Lo que la mayoría de artistas hoy consideran compromiso político pocas veces va más allá de una crítica moral incapaz de superar el estado de las cosas. La desconfianza hacia el arte político y la propaganda está muy extendida, pero lo que subyace ahí es la desconfianza hacia la propia política: los que afirman que la propaganda ensucia el arte, a menudo tienen en su punto de mira a la política revolucionaria.
También en los tiempos de derrota y resignación habrá quien le otorgue sentido a la canción Denak ala inor ez (Todos o ninguno), enviando, al mismo tiempo, al basurero de la historia al comunismo: el proyecto político que, precisamente, la dota de sentido. Además, negarán el carácter político de la canción, cuando es eso mismo lo que la dota de un pleno sentido ético: «Tú que sufres hambre; ¿quién la saciará? / al que quiera pan,/ se lo darán los que tienen hambre / le acompañarán en el camino» («Gose zaudena; nork asetuko? / ogia nahi duenari, / gose daudenek, ogia emango / bidean dute lagunduko»). Es bonito decir o cantar «todos o ninguno», pero sirve para bien poco si no se analizan las implicaciones éticas y políticas de lo que se dice y no se actúa en consecuencia. Y es que Brecht en esas canciones menciona muy pocas veces la palabra «revolución», aunque en todo momento habla de ello, de la necesidad de la revolución, de la auto-organización socialista del proletariado.
¿Desde dónde pensamos nuestra actividad artística? ¿Cuál es la función que cumple? Es tan difícil como imprescindible pensar y actuar desde la posición comunista en estos tiempos oscuros, tanto en el arte como en el resto de ámbitos de la vida: plantearnos lo que hacemos con una perspectiva que va más allá de nuestros intereses individuales, y organizarnos para hacerlo de la manera más adecuada, aportando a la estrategia socialista y difundiendo la cultura comunista. Y en eso estamos, poco a poco: analizando caminos para crear arte en este escenario de desarrollo del Movimiento Socialista y, por tanto, trabajando para el propio desarrollo del Movimiento Socialista.