En el año 2024 se han cumplido 100 años de la muerte de Lenin. Con motivo del centenario, desde el Instituto de Estudios Socialistas (ISI) se organizó en abril un Congreso Internacional. El objetivo fue reivindicar la vigencia de la teoría revolucionaria y la actualidad del pensamiento político de Lenin. Con este número, nos subscribimos al mismo objetivo, y pretendemos realizar una aportación en el sentido de la consolidación de la teoría revolucionaria y la estrategia socialista, defendiendo, para ello, la militancia política de uno de los mayores y mejores representantes de la tradición socialista. Uno de los nuestros.
Si bien la tarea es enorme y no puede abarcarse en un único número de la revista, nuestro objetivo ha sido señalar los puntos nodales de la teoría de Lenin, identificarlos y ordenarlos dentro de su sistema categorial; en definitiva, realizar una jerarquía política de los mismos, que nos posibilite historizar su pensamiento y con ello revitalizarlo, haciéndolo actual. Creemos, de hecho, que la única manera de hacerlo actual es actualizarlo, no en un sentido de revisarlo, sino de identificar en el presente las mismas tareas que llevaron a Lenin a elaborar su pensamiento; identificar en la actualidad la tarea leninista. Son nuestras tareas actuales, y solo ellas, las que posibilitan revivir a Lenin en la actualidad. El recuerdo, desde la distancia, de un Lenin momificado, no es más que otra manera de matarlo.
En el presente número ofrecemos seis temas que creemos esenciales para comprender el pensamiento de Lenin.
El primero hace referencia a la relación entre la lucha por los derechos políticos y la revolución socialista, en la revolución soviética de 1917 y en la actualidad. La lucha contra la autocracia zarista y por la dictadura democrática del proletariado y campesinado, como forma de transición específica en la realidad rusa del momento a la dictadura del proletariado, nos permiten comprender en qué sentido los comunistas no podemos abstraernos de las tareas inmediatas que nos presenta la realidad y en qué sentido el comunismo no es una teoría abstracta que se despliega en oposición absoluta a las contradicciones del sistema capitalista, sino que, más bien al contrario, en tanto que negación de la realidad presente, su despliegue solo es posible actuando en la misma y llevando al límite sus contradicciones; esto es, como negación real del estado actual de las cosas. La lucha por los derechos políticos, en Lenin, busca acentuar esas contradicciones, al mismo tiempo que mejorar sustancialmente las condiciones de vida y de lucha del proletariado, y sumar a cada vez más proletarios a la arena política de la lucha de clases.
(...) el comunismo no es una teoría abstracta que se despliega en oposición absoluta a las contradicciones del sistema capitalista, sino que, más bien al contrario, en tanto que negación de la realidad presente, su despliegue solo es posible actuando en la misma y llevando al límite sus contradicciones; esto es, como negación real del estado actual de las cosas
El segundo está relacionado con un derecho político que cobra especial importancia en Lenin: el derecho de las naciones a la autodeterminación. En tanto que derecho político, su reconocimiento cumple con las mismas funciones y objetivos que cualquier otro derecho. Sin embargo, en tanto que derecho especial relacionado con la cuestión nacional, su objetivo es anular las tendencias nacionalistas presentes, que tensionan las relaciones entre las naciones enfrentando a los proletarios entre sí. Es un llamamiento a la igualdad entre naciones y a la unidad internacional del proletariado.
El tercero repasa el concepto de la hegemonía proletaria en Lenin, en el contexto de su defensa de la alianza entre el proletariado y el campesinado. La cuestión fundamental a la que respondía Lenin era: ¿cómo construir el socialismo en Rusia, país de mayoría aplastante campesina, y cómo realizar esa tarea bajo la dirección del proletariado, claramente inferior en número? La dictadura democrática del proletariado y el campesinado o la Nueva Política Económica son respuestas a la cuestión de la hegemonía y el poder proletario, en un contexto de crisis revolucionaria.
La cuestión fundamental a la que respondía Lenin era: ¿cómo construir el socialismo en Rusia, país de mayoría aplastante campesina, y cómo realizar esa tarea bajo la dirección del proletariado, claramente inferior en número? La dictadura democrática del proletariado y el campesinado o la Nueva Política Económica son respuestas a la cuestión de la hegemonía y el poder proletario, en un contexto de crisis revolucionaria
En el cuarto repasamos la táctica de Lenin en la Tercera Internacional y sus polémicas con el izquierdismo. La urgencia revolucionaria, que había pasado de ser una inquietud bolchevique a una actualidad presente en la vida de todos los rusos y de gran parte del proletariado de todos los países, exigía medidas efectivas por parte de la organización internacional de los comunistas. En un contexto así, donde los bolcheviques se habían lanzado a la conquista revolucionaria del poder en Rusia, como primer paso para avivar la Revolución Socialista Mundial y extenderla primero por Europa, se desarrollan los debates con el izquierdismo sobre la táctica revolucionaria a adoptar y la unidad en la lucha de los comunistas a escala internacional.
En el quinto se aborda un clásico de Lenin, El estado y la revolución, para identificar en él la teoría del poder comunista, y las diversas fases de su desarrollo, desde la constitución del proletariado en Partido Comunista, pasando por el desarrollo del poder soviético y la dictadura del proletariado, hasta la sociedad comunista donde han sido abolidas las clases. Es importante señalar que los comunistas ni somos rimbombantes en nuestras palabras, ni ocultamos su verdadero significado con eufemismos: la dictadura del proletariado, entendida verdaderamente como dictadura transitoria, es el concepto que nos permite pensar aquí y ahora en una política proletaria independiente. Sin la dictadura no es posible pensar en la política, sería como retroceder a tiempos premarxistas donde se reivindicaba una nueva sociedad aludiendo a la razón o al filantropismo abstracto, o incluso se pretendía construirla por medio de la lucha económica del proletariado, desarrollando cooperativas, etc. Es lo que hoy se conoce como “somos el 99%” de los socialdemócratas, una negación de la dictadura del proletariado y de una política de clase independiente.
La dictadura del proletariado, entendida verdaderamente como dictadura transitoria, es el concepto que nos permite pensar aquí y ahora en una política proletaria independiente. Sin la dictadura no es posible pensar en la política, sería como retroceder a tiempos premarxistas donde se reivindicaba una nueva sociedad aludiendo a la razón o al filantropismo abstracto, o incluso se pretendía construirla por medio de la lucha económica del proletariado, desarrollando cooperativas, etc.
Finalmente, el sexto tema aborda la teoría sobre el imperialismo de Lenin y la importancia de reivindicar el potencial político de su teoría en el contexto de Guerra Mundial en el que se desarrolla, fantasma que hoy en día nos acecha con cada vez mayor insistencia. La pugna entre grandes bloques monopólicos de capital, el monopolio como poder político, las condiciones sociales y políticas desarrolladas en los países imperialistas como parte del expolio a los proletarios de los países periféricos… son elementos que nos permiten pensar hoy en día en la organización política del poder burgués, en su base social y, cómo no, en la constitución del proletariado como bloque antagónico en lucha contra la dictadura de la burguesía.
Confiamos en que el presente número ayude a comprender un poco mejor el pensamiento de Lenin, y la grandeza de su obra. Que ayude a reivindicar al Lenin militante, ese maestro de la táctica que fue capaz de entender qué era el comunismo en el contexto en el que le tocó vivir, y que tradujo el comunismo a lo que siempre debió de ser: la lucha revolucionaria por la conquista del poder político que posibilitara la emancipación económica del trabajo. Esa es la enorme tarea que heredó de Marx y a la que fue fiel hasta el día de su muerte.
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