Situadas a ambos lados del Mar de Noruega, en el norte de Europa, las economías nórdicas –grupo dentro del cual se contemplan Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suecia y Noruega [1]–, cuentan con dos rasgos principales en su modelo de sociedad: gran participación del Estado en la actividad económica general y sistemas corporativistas de negociación salarial colectiva.
De hecho, los países nórdicos han sido considerados por muchos, durante décadas, como las economías en las que mayor grado de desarrollo ha alcanzado el estado de bienestar a través de los mecanismos capitalistas de mercado. Con ello, de forma ingenua o genuina, debido a que la responsabilidad por parte del Estado de proporcionar ciertos servicios básicos como la asistencia sanitaria o educación es mayor que en otras zonas del planeta, las economías nórdicas han sido vistas como modelos de interés por lideres políticos socialdemócratas occidentales. Ello resulta posible gracias a sus altos niveles de riqueza. Y es que estos países que se encuentran entre los primeros puestos en los rankings de desarrollo son uno de los lugares con mayor riqueza del globo, pero ¿cuáles son las características concretas de sus economías? ¿En qué consisten los elementos económicos de los países nórdicos?
Los países nórdicos han sido considerados por muchos, durante décadas, como las economías en las que mayor grado de desarrollo ha alcanzado el estado de bienestar a través de los mecanismos capitalistas de mercado
El presente texto trata de responder a estas preguntas, ofreciendo, para ello, una panorámica general de estas economías, así como un análisis aséptico de sus indicadores agrupados en cuatro categorías.
CONDICIONES DE VIDA
Aunque no sean relevantes por su tamaño –apenas representan, en conjunto, el 9,2% del PIB de la Unión Europea– las economías nórdicas destacan por alcanzar valores muy altos en el índice de desarrollo humano (IDH) [2]. Finlandia obtiene la decimosegunda mejor puntuación en este indicador que valora la esperanza de vida, el nivel de educación y la renta per cápita de una sociedad. Por su parte, Noruega, Islandia, Dinamarca y Suecia, las cuatro se encuentran, en ese orden, dentro del top 6 mundial.
Aunque no sean relevantes por su tamaño –apenas representan, en conjunto, el 9,2% del PIB de la Unión Europea– las economías nórdicas destacan por alcanzar valores muy altos en el índice de desarrollo humano
Así, la esperanza de vida al nacer en estos países se sitúa alrededor de los 82-83,5 años, cuando la media de los países pertenecientes a la OCDE apenas supera los 80 años y la esperanza de vida media mundial se sitúa en los 72 años. Además, su promedio de años de escolarización se sitúa alrededor de los 19 años, lo que implica también uno de los valores más altos del mundo.
Al observar su renta per cápita, nos damos cuenta de que, si bien no destacan tanto como en el caso de la esperanza de vida y la educación, también se trata de economías con un nivel de riqueza muy alto. Noruega es, con diferencia, el país más rico de los cinco. En términos de paridad de poder adquisitivo, es decir, descontando las variaciones en el coste de vida que podrían existir entre cada país, el ciudadano noruego promedio tiene una renta de más de 69.000 dólares. Finlandia, por el contrario, se sitúa como la economía con menor renta del grupo, con 49.500 dólares per cápita. Para ponerlo en comparación se podría añadir que Alemania y España tienen una renta per cápita cercana a 55.000 y 40.000 dólares, respectivamente.
PRINCIPALES SECTORES DE ACTIVIDAD
Existen ciertas diferencias en cuanto a las características particulares de los mercados laborales de estas economías y sus niveles de empleo [3]. Suecia y Finlandia cuentan con una tasa de paro ligeramente superior al 8%, y por tanto algo más alta que la de la media de la eurozona, que en el momento en el que se escribe este texto se sitúa alrededor del 6,5%. Por su parte, Dinamarca cuenta con 5,8% de paro, mientras que Islandia y Noruega tienen uno de los niveles de paro más bajos del mundo con un 3,1% y 4%, respectivamente.
Como hemos visto en el apartado anterior, las economías nórdicas gozan de unos altos niveles de desarrollo. Sin embargo, esto solo es posible debido a unas condiciones productivas concretas; a saber, su posición en la distribución internacional del trabajo y su competitividad técnica. Existen dos características que comparten las economías nórdicas: en primer lugar, todas ellas cuentas con fuertes sectores intensivos en tecnología punta y de alto valor añadido y, como consecuencia, en segundo lugar, cuentan con una muy alta productividad laboral. De esta manera, aunque su sector industrial no sea proporcionalmente más grande que el de la economía europea promedio, cuentan con una alta capacidad tecnológica en su sector industrial. Esto implica que las economías nórdicas se encuentran en una posición competitiva muy favorable a la hora de exportar bienes industriales especializados de alto valor añadido.
Las economías nórdicas gozan de unos altos niveles de desarrollo. Sin embargo, esto solo es posible debido a unas condiciones productivas concretas; a saber, su posición en la distribución internacional del trabajo y su competitividad técnica
Suecia cuenta con un gran sector automotriz (donde destacan las empresas Volvo y Scania), así como una fuerte industria farmacéutica y química. Sin embargo, los sectores punteros suecos se sitúan en el ámbito de los servicios y de telecomunicaciones (donde destacan empresas como Spotify y Ericsson, uno de los mayores proveedores de infraestructura de comunicaciones 5G del mundo).
Finlandia es también reconocida por su industria tecnológica, donde destaca la fabricación de maquinaria y la manufactura de equipos electrónicos. La industria manufacturera finesa, de alta dotación tecnológica, emplea al 30% de la fuerza de trabajo y representa la mitad de sus exportaciones totales [4]. Por otra parte, las actividades relacionadas con la madera son de gran importancia y suponen también una gran proporción de sus exportaciones.
Dinamarca, por su parte, cuenta con un sector industrial diversificado en el que el sector farmacéutico, la ganadería y el procesamiento de alimentos y la fabricación mecánica en acero tienen gran importancia. De hecho, los medicamentos y los productos lácteos y cárnicos son una de las principales exportaciones del país. Sin embargo, las actividades más importantes de esta economía guardan relación con su sector naval; en concreto, el diseño de grandes barcos, así como su fabricación y reparación en los astilleros. Además, Dinamarca es una de las potencias mundiales en cuanto a transporte marítimo y cuenta con el puerto de Copenhague, uno de los más grandes del norte de Europa. Además, la generación de energía eólica, así como la fabricación de aerogeneradores están adquiriendo fuerza en los últimos años.
El turismo es pilar fundamental dentro de la economía islandesa, ya que representa más de un 10% del PIB del país. Su industria está muy relacionada con los recursos naturales y se concentra en las actividades relacionadas con la pesca (exportación de pescado), así como en la producción de aluminio. Además, las energías renovables (geotérmica e hidroeléctrica) y el sector financiero son de gran importancia.
El caso de Noruega es algo particular, puesto que su sector industrial tiene una importancia mucho mayor que en el caso de las economías anteriores. Si bien en el caso de las economías anteriores la industria contribuía alrededor de un 20-24% del PIB –lo cual implica un nivel estándar en comparación con las economías más desarrolladas–, las actividades secundarias suponen alrededor de un 40% del PIB de Noruega. Esto ocurre debido al gran peso que tiene la extracción de petróleo y gas, un sector clave para su economía y que supone una gran cantidad de ingresos para esta a través de su exportación. Precisamente, Noruega se sitúa como el octavo mayor exportador de petróleo a nivel mundial y las ventas de hidrocarburos suponen la mitad de sus ingresos por ventas a otros países.
Los hidrocarburos suponen, además, una enorme fuente de ingresos para el Estado noruego. En 2022, cuando se pulverizaron los récords de recaudación, la industria extractiva de hidrocarburos generó –a través de los impuestos a las compañías petrolíferas privadas y de los beneficios de las empresas de propiedad pública– unos ingresos de 123 mil millones de euros [5], el equivalente a un 27,4% de su PIB.
Con el objetivo de gestionar e invertir los ingresos provenientes del petróleo, en 1990 el Estado noruego puso en marcha el llamado Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega –normalmente conocido como Fondo del Petróleo–. Este fondo, que es invertido principalmente en renta fija (compra de deuda) de 71 países diferentes, actualmente gestiona activos por valor de 1,76 billones (sic) de dólares [6], o lo que es lo mismo, un poco más de tres veces el PIB de Noruega, lo que lo convierte en el mayor fondo soberano del mundo en términos de activos totales gestionados.
El llamado Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega actualmente gestiona activos por valor de 1,76 billones (sic) de dólares, o lo que es lo mismo, un poco más de tres veces el PIB de Noruega
Como mencionábamos, las economías nórdicas también cuentan con una alta productividad laboral. En el año 2021, Noruega, Dinamarca y Suecia fueron, con 106,2, 91,5 y 85,6 euros producidos por hora promedio trabajada, el tercer, cuarto y sexto país con mayor productividad de la OCDE, respectivamente. Islandia y Finlandia, por su parte, se situaron, con una productividad laboral de 75,7 y 73,6 euros producidos por hora trabajada, muy por encima de la productividad promedio de los países de la OCDE, con 60,8 euros [7].
TASAS DE POBREZA Y DESIGUALDAD
Las economías nórdicas muestran un comportamiento algo dispar en relación con los niveles de pobreza dentro de sus fronteras: mientras que los niveles de población que viven con menos de 6,85 dólares al día en Noruega (0,52%), Dinamarca (0,26%) y Finlandia (0,14%) son bastante inferiores a la media de los países desarrollados y europeos, Suecia se sitúa por encima de esta media con un 1,43% de su población [8].
Se sigue una distribución similar en el caso de la cantidad de personas que viven por debajo del umbral de los 30 dólares diarios: Noruega 6,29%, Finlandia 11,32%, Dinamarca 8,31% y Suecia 15,18% [9].
Por otra parte, las sociedades nórdicas muestran unos niveles muy reducidos de desigualdad de la renta [10]. Con unos índices de Gini oscilando entre valores del 26,1 en Islandia –menor nivel de desigualdad de renta del grupo– y un 28,9 en Suecia –mayor desigual de renta del grupo–, estas economías se sitúan como algunos de los países con menor desigualdad del mundo, solo por detrás de Bélgica, Países Bajos, Eslovenia, Eslovaquia y Bielorrusia. Además, al comparar la cantidad de renta que recibe el 10% más rico de la población,con la que recibe el 40% más pobre, se observa que la cantidad de ingresos de ambos grupos es muy parecida. Así las cosas, se trata de una distribución –donde el decil que más gana recibe, en promedio, 4 veces más que el 40 % más pobre– bastante igualitaria en comparación con los parámetros de desigualdad de la renta de las economías avanzadas.
SALARIOS, IMPUESTOS Y FINANZAS PÚBLICAS
Los salarios nórdicos promedio se sitúan entre un 24,9% (43. 690 euros en Suecia) y un 62,3% (56.810 euros en Noruega) por encima de la media salarial de la Unión Europea (alrededor de 35.000 euros en 2023). Asimismo, el salario mediano –es decir, el salario que se encuentra en el percentil número 50 en la distribución– es también más alto que en la mayoría de las economías occidentales [11].
Además, estos países comparten características en sus mercados de trabajo: por una parte, mantienen un modelo de negociación salarial corporativista –especialmente en Suecia y Noruega– en la que sindicatos y empresas negocian a nivel nacional y por sectores. Por otra parte, mantienen mercados laborales flexibles en los que existe facilidad para despedir a los empleados por parte de las empresas.
Se ha hablado mucho sobre la capacidad recaudatoria de los Estados nórdicos. Si se mide en términos relativos, como porcentaje sobre su PIB, la cantidad de impuestos que recaudan es moderadamente superior a la media europea. Tanto los tipos impositivos (el porcentaje que se paga) por impuestos sobre el consumo –por ejemplo en el caso del IVA– y sobre la renta –por ejemplo en el caso del IRPF– como la recaudación de estos, se sitúa por encima de la media del resto de economías occidentales.
Por último, cabe destacar que las economías nórdicas han mantenido, en general, ligeros superávits públicos, lo que implica que se gastaba menos de lo que se ingresaba. Por ello, han mantenido, en comparación con el resto de Europa, niveles de deuda pública bastante más bajos –de entre el 30% y el 55% sobre el PIB, salvo en el caso de Finlandia, cuya deuda pública supone un 73% del PIB–.
Para concluir, si bien es cierto que los países nórdicos se caracterizan por tener unos grandes niveles de riqueza y baja desigualdad –con un peso relativamente alto del sector público como agente económico–, esto resulta posible, como hemos visto, gracias a su especialización productiva y a la posición que ocupan dentro de la distribución internacional del trabajo..
REFERENCIAS
[1] Cabe destacar que Islandia y Noruega no son países miembros de la UE, aunque sí del Espacio Económico Europeo (EEE)
[2] Organización de las Naciones Unidas. Human Development Insights
[3] Banco Mundial
[4] Observatory of Economic Complexity
[5] Statistics Norway
[6] Sovereign Wealth Fund Institute
[7] OECD Compendium of Productivity Indicators 2023
[8] Excluimos a Islandia de este análisis por falta de datos disponibles
[9] Our World in Data
[10] Organización de las Naciones Unidas. Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad
[11] Comisión Europea. AMECO
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