FOTOGRAFÍA / Manubeltz
Eli Irazu
2024/05/03

"En los últimos años, muchas ilusiones europeas han sido destruidas. La ilusión de que la paz es permanente [...] Miramos a nuestro alrededor, y está claro que no hay lugar para más ilusiones". Así hablaba en febrero la señora Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Hay que aceptarlo: tiene razón. ¿Qué hemos visto en los últimos años? Una pobreza cada vez mayor, endurecimiento de la ley, destrucción progresiva del estado de bienestar, la expansión de ideas y grupos fascistas; guerra, otra vez, en el continente; (otro) genocidio más en nuestras pantallas. La ilusión de que las cosas iban bien se ha desvanecido. El horizonte es oscuro; ancianos y jóvenes, todos hablan sobre la perdición.

"Estamos viendo la potencia y los peligros de una liga de autoritarios creciente y alarmante. [...] Y los estados Miembro también han reforzado su gasto en defensa. Su presupuesto de defensa nacional ya ha aumentado en un 20% respecto al año pasado". Hay que admitirlo: es refrescante escuchar a un político hablar tan claramente. "Pero tenemos mucho más que hacer. Y debemos movernos con rapidez [...] La amenaza de la guerra no es, tal vez, inminente, pero no es imposible".

La señora Von der Leyen ha tenido un lapsus. Se le ha olvidado que la guerra ya es. Tal vez no ha leído el informe que The New York Times publicó en agosto de 2023, según el cual los soldados muertos en Ucrania son alrededor de 70.000, es decir, más del doble de la cifra aportada por el gobierno de Zelensky. Se lo perdonaremos a Von der Leyen, pues últimamente anda muy atareada. Y ahora, además, ¡se le ha sumado la preocupación de lo que se está cociendo en Oriente Próximo! Perdonémosla pues, porque el mensaje, al final, es suficientemente claro: nos conducen a la guerra.

"No tenemos el lujo del confort, esa es la realidad. No tenemos el control sobre las elecciones o decisiones en otras partes del mundo. Y, simplemente, no tenemos tiempo para evitar el tema". Von der Leyen y sus amigos nos conducen a la guerra, tanto los socialdemócratas como los derechistas, ecologistas o liberales. A veces es difícil decidir quiénes merecen más odio: los belicistas, que, como si fueran vampiros, se presentan sedientos de sangre de pobre, o los falsos seductores, que, con una sonrisa, intentan esconder su impotencia total con su hipocresía en contra de la guerra. No tengáis ninguna duda: tanto unos como otros nos conducen a la guerra.

Es difícil decidir quiénes merecen más odio: los belicistas, que, como si fueran vampiros, se presentan sedientos de sangre de pobre, o los falsos seductores, que, con una sonrisa, intentan esconder su impotencia total con su hipocresía en contra de la guerra. No tengáis ninguna duda: tanto unos como otros nos conducen a la guerra

"En la raíz [...], la cuestión es que tomemos nosotros la responsabilidad de lo que es vital y existencial para nosotros. Es nuestra habilidad, pero también nuestra voluntad defender nuestros intereses y valores [...]. Este paso [...] no será fácil. Requerirá decisiones valientes y coraje político [...]. La buena noticia es: ya hemos empezado gran parte de ese trabajo". El bando Von der Leyen tiene clara su tarea. Vivimos en una época de crisis; es tiempo de cambio. El mundo no volverá a ser nunca lo que era, pero éste no es un motivo para entristecerse. Pues la nostalgia es un sentimiento inútil, uno que debe ser descartado por todo revolucionario. "Porque la verdad es que no hemos estado conviviendo con el conflicto solo desde 2022, sino desde mucho antes".

¿Debemos quedarnos de brazos cruzados mientras hacen la guerra en contra de nuestros hermanos y hermanas? ¿O cuando nos quieren mandar a matarlos? ¿Acaso tenemos algo que perder? La ley de Von der Leyen y los suyos es la ofensiva imparable en contra de toda forma de vida. Nuestro es, en cambio, el proyecto de construir un mundo de libres e iguales. Ellos nos dan: miseria y muerte. ¿Qué les vamos a dar nosotros si no nuestra oposición más ferviente, nuestra justa rabia, nuestros cuerpos y mentes, convertidos en arma contra ellos? "Esto no es solo cuestión de derrotar a abusones en el campo de batalla, sino a lo largo de toda nuestra sociedad".

¡Compañeros, compañeras, escuchemos a la señora Von der Leyen! ¡Hagámosle caso! ¡Preparémonos para la guerra!

NO HAY COMENTARIOS