La intención de invadir Gaza y destruir Palestina. Una ocupación y un genocidio que se prolonga durante décadas. Represión, tortura y asesinatos continuados. Un Occidente empapado de ideología sionista supremacista. Con la protección de los partidos parlamentarios de derecha, y también con la justificación derivada del discurso vacuo pacifista de los de izquierda. Colaboradores directos algunos; colaboradores de dichos colaboradores otros.
La resistencia de Palestina, que ha respondido luchando, criminalizada y acallada bajo las bombas. Neutralizada por la equidistancia. Llamamientos a la convivencia, peticiones de distensión militar A LOS DOS BANDOS, y la capacidad milagrosa de la negociación: la paz de los represores.
Estos son solo titulares que describen lo que ocurre aquí y allá. Y es que no hace falta ir lejos para juntar todos los ingredientes de esta ensalada. Menudo panorama nos ha quedado en Euskal Herria.
Una vez más hemos visto el oportunismo y el partidismo caracterizando a la socialdemocracia. Genocidio = guerra, diálogo político, deslegitimación de la resistencia y del derecho a la defensa del pueblo trabajador, equiparación de violencias, llamamientos al alto el fuego… Y como la situación no está como para perder el tiempo en debates menores, aceptar lo que hay y manifestarse en Donostia.
Quienes son irresponsables respecto a la verdad y a los hechos se muestran como los verdaderos responsables, y no se dan cuenta de que, cuando piden actuar con responsabilidad, quienes sí son responsables se alejan dos pasos. Y es que ahora, más que nunca, es hora de actuar con responsabilidad real.
Quienes actúan con responsabilidad política muestran el compromiso de tomar una posición política correcta. Por lo tanto, la responsabilidad política no es apoyar a un movimiento político que actúa sin rumbo por el mero hecho de ser un movimiento político. La cuestión tampoco es tener un rumbo pero cambiar seguir a ciegas a quienes han cambiado de destino y por ende de dirección; poner el piloto automático y aceptar el estado de las cosas.
Por el contrario, actuar con responsabilidad política es afrontar la realidad tal cual es, leerla desde el compromiso con la verdad, y apostar por actuar en ella desde una decisión política consecuente y justa.
Para denunciar la complicidad y la colaboración, para rechazar los discursos que equiparan a opresores y oprimidos en nombre de la paz, para defender el derecho que tiene el pueblo palestino para resistir frente a su ocupación, para subrayar el carácter fascista del gobierno sionista… YO, VOY.