Eneko Carrión
@enekocarri
2021/02/15

INTRODUCCIÓN

La importancia de la comunicación actualmente es indiscutible, por lo que entender cómo funciona y cómo moldea nuestras formas de pensar y actuar es de gran importancia. Todos sabemos que los medios de comunicación tienen un poder asombroso, pero desconocemos hasta qué punto nos influencian. Algunos de los ejemplos más destacados de los últimos meses están siendo las campañas mediáticas unidas a la pandemia o la ofensiva contra la práctica de la ocupación. No olvidemos que por muy racionales que seamos ninguno de nosotros está exento de ser influenciado por estos estímulos externos. Para entender cómo operan es importante comprender como funciona nuestro cerebro, el cual está divido en tres áreas principales: la parte reptiliana se ocupa de las funciones más primitivas, es decir, de las que nos permiten sobrevivir, la segunda es la límbica y se ocupa de la parte de las emociones y por último está el neocortex, la parte que se ocupa del raciocinio y engloba aspectos tan importantes como la memoria y el lenguaje.

Todos los mecanismos que quieren influir en nuestra conducta buscan tener efecto en las dos primeras partes del cerebro, intentando dejar de lado el raciocinio. Los medios de comunicación abarcan diversos campos como la televisión, la radio, internet, redes sociales, cine, series… Y aunque parezca que hay una gran variedad todos ellos comparten muchos rasgos comunes y uno de los más importantes es la reducción de nuestra capacidad de raciocinio. La sociedad acelerada en la que vivimos provoca que la satisfacción de nuestros deseos deba ser inmediata, lo que genera una gran incapacidad a la hora de tener que profundizar y problematizar asuntos de gran complejidad. Según un estudio de Microsoft del año 2000 nuestra capacidad de atención era de unos doce segundos y hoy en día se estima que no prestamos atención durante más de ocho segundos [1]. De ahí el éxito de redes sociales como Twitter, Instagram o el mejor ejemplo de esta inmediatez, TikTok.

Todos estos mecanismos forman parte de un complejo entramado de mecanismos que actúan como controladores sociales y perpetuadores de la sociedad capitalista. Estos no pueden entenderse al margen del desarrollo capitalista y sus diferentes necesidades en cada fase histórica. La sociedad que nos rodea es concebida como una totalidad de relaciones sociales, prácticas culturales y modos de conocimiento configurados entorno al proceso de producción capitalista. Aunque el debate sobre el concepto de cultura es sumamente complejo, en este reportaje le haré referencia como la producción de un estilo de vida [2]. El debate sobre la reproducción ideológica en el capitalismo es tan importante como extenso y complejo, por lo que me limitaré a dar ciertas pincelas para que el lector comprenda mejor mi punto de vista y pueda investigar y profundizar por su cuenta.

La nueva fase de acumulación que se intenta abrir obliga a cambiar muchos aspectos (jurídicos, productivos, culturales, institucionales, represivos…) y es ahí donde los medios de comunicación van a jugar un papel central. Este reportaje es una breve aproximación a este sector estratégico, a sus funciones hoy en día y al posible desarrollo en los años futuros.

La nueva fase de acumulación que se intenta abrir obliga a cambiar muchos aspectos (jurídicos, productivos, culturales, institucionales, represivos…) y es ahí donde los medios de comunicación van a jugar un papel central

BREVE HISTORIA DE LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Las formas de pensamiento y manifestaciones ideológicas cambian como resultado de los cambios en la producción, pero no es un proceso unilateral ya que estas también influyen en la producción [2]. Este apartado es una breve aproximación al desarrollo de la tecnología de la información con el objetivo de que el lector entienda un poco mejor la historia de las tecnologías que utilizamos todos los días. El objetivo de este reportaje no es realizar una explicación de la historia de los sistemas de información, por lo que me he limitado a aportar ciertas fechas y apuntes significativos.

El desarrollo de la tecnología de la información ha ido de la mano de los que se daban en el campo productivo y bélico. Ya en 1440 con la creación de la imprenta aparecen las primeras formas de publicidad, pero los grandes avances comenzaron con la Revolución Industrial [1]. La creación del teléfono en 1876, de la radio en 1898 y de los tubos de vacío en 1906 fueron los avances más destacados durante mucho tiempo. Aunque el verdadero cambio y expansión llegó a partir de la Segunda Guerra Mundial. El desarrollo bélico y el tecnológico siempre han estado estrechamente relacionados, lo que deja en evidencia una vez más el carácter violento del orden social capitalista. Después de la guerra comienzan a aparecer los primeros ordenadores programables y los transistores, los cuales sentaron las bases de la microelectrónica. Años más tarde, en 1957 aparecería el circuito integrado, paso decisivo en el avance de este campo [3].

El desarrollo bélico y el tecnológico siempre han estado estrechamente relacionados, lo que deja en evidencia una vez más el carácter violento del orden social capitalista

Con el paso de los años se fue mejorando la tecnología de fabricación, lo que facilitó su expansión y acceso. La década de los 70 fue un momento importante para la generalización y avance de las tecnologías de la información. En 1971 en Silicon Valley (California) se desarrolló el microprocesador, lo que podríamos definir como un ordenador en un chip. A partir de esos años comienza una encarnizada carrera por el desarrollo y avance en este campo, cuyos máximos exponentes fueron Apple e IBM. Esto dio pie al desarrollo de una de las herramientas más importantes de nuestros tiempos, Internet. Aunque se creó antes, no fue hasta 1990 cuando gracias a una nueva aplicación llamada world wide web (lo que conocemos como www) se facilitó su acceso a amplias masas no formadas en este campo [3]. La expansión de la conexión vía wifi, los avances en conectividad de la mano de las redes (3G y 4G por ejemplo), y la generalización del uso de teléfonos móviles han cambiado totalmente el uso y la gestión de la información.

Todos estos avances, unidos a otros como los que se dieron en el campo de la optoelectrónica (fibras ópticas y transmisión por láser), abrieron la puerta a una interconexión mundial nunca antes vista. Esto ha cambiado casi todos los aspectos de nuestra vida, tanto en la economía, la cultura, las relaciones o el ocio. Sin esta tecnología no se podrían haber desarrollado los avanzados medios de comunicación que existen hoy en día. Pero este campo sigue avanzando y mientras seguimos intentando adaptarnos a los cambios que se han dado, aparece el 5G y van arcándose nuevos, como puede ser el caso de los ordenadores cuánticos [4].

HEGEMONÍA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Este apartado busca analizar la función que cumplen los medios de comunicación en el mantenimiento y perfeccionamiento de la hegemonía. Esta es concebida como la capacidad del bloque dominante de lograr la unidad social en la vida económica, cívica y cultural, entendida esta como una forma de consenso dependiente de múltiples factores. En este sentido los medios de comunicación cumplen una función central en el logro de esta unidad, en la que la clase explotada y oprimida interioriza y defiende los intereses de la clase enemiga [5]. Pero esto debe entenderse como un proceso abierto e histórico, es decir, cambiante, en el que intervienen una infinidad de factores tanto objetivos como subjetivos. Este concepto hace posible pensar la dominación social no como una mera imposición mecánica del exterior, sino como un campo cambiante y contradictorio pero siempre bajo la lucha de clases [6].

En este sentido los medios de comunicación cumplen una función central en el logro de esta unidad, en la que la clase explotada y oprimida interioriza y defiende los intereses de la clase enemiga

La dominación en el orden burgués se da mayormente mediante dos tipos de aparatos (distinción meramente expositiva): por un lado, el aparato represivo que abarca el gobierno, la policía, la cárcel y, en general, todos los sistemas de seguridad pública. Los desarrollos tecnológicos han posibilitado la aparición de complejos y sofisticados mecanismos de vigilancia y control, algunos exteriores como las cámaras de reconocimiento facial y otros interiorizados en nuestro día a día como los teléfonos móviles. Si observamos el contexto general vemos que los ciudadanos más vigilados son los estadounidenses con 15,3 cámaras por cada mil habitantes, seguidos por los chinos con 14, 4 y después Reino Unido (7,5) y Alemania (6,3) [1]. Por otro lado, estarían los diferentes mecanismos ideológicos. El estado no puede mantenerse únicamente haciendo uso de la violencia y la represión, por lo que requiere de otro tipo de mecanismos ideológicos que legitimen esa violencia y organicen el consenso para mantener la paz social. Estos mecanismos incluyen la escuela, la familia, el sistema político, la iglesia, el conglomerado cultural y los medios de comunicación de masas [7].

J.B. Thompson explica las consecuencias y efectos de los aparatos ideológicos de la siguiente manera [8]:

«Los individuos dependen cada vez más de fuerzas económicas y sociales que quedan fuera de su control. Se sacrifican ante las enormes organizaciones de las que depende su supervivencia misma. Pierden la capacidad de ejercer un pensamiento crítico y la voluntad de luchar por un orden social alternativo. Se integran tan plenamente al orden existente que su espontaneidad, autonomía e individualización se reprimen o eliminan virtualmente». Thompson, 1993, p.118

A todos estos mecanismos aunque de diferentes maneras, les une su función principal: la propagación de la ideología dominante, la cual abarca una inmensidad de ámbitos como los que ayudan a perpetuar la opresión de género, la nacional o la racial. Más allá de eso, cada medio defiende y promueve ciertas ideas, acordes a la fracción burguesa a la que representa y potencia. Esto se puede ver cuando los medios critican ciertas posiciones proteccionistas de Trump, porque representan a una burguesía más librecambista. O cuando algunas buscan generar una cierta idea sobre China, con el objetivo de mantener la hegemonía del bloque estadounidense-europeo. En el siguiente apartado analizaré el monopolio de la información y los actores principales que lo ejercen.

MONOPOLIO DE LA INFORMACIÓN

«Lo que necesitas para controlar los medios de comunicación es una diversidad ostensible que oculte una uniformidad real». Joseph Goebbels

Al igual que la tendencia a la centralización y concentración de capital, los medios de comunicación han seguido el mismo camino [9]. Sobre todo a partir de los años 90 esta se ha acelerado, lo que ha provocado que a día de hoy los seis grandes grupos (Time Warner, Disney, NewsCorp, NBC Universal, Viacom y CBS) controlen el 70% del sector a nivel mundial. Son propietarios de unos 1.500 periódicos, 1.100 revistas, 2.400 editoriales, 9.000 emisoras de radio y 1.500 cadenas de televisión. Este poder les da la capacidad de elegir por nosotros qué vemos, sobre qué y cuándo discutimos, lo que provoca que concibamos la realidad de la forma que ellos deseen. En Europa, tenemos otros grandes grupos; el alemán Bertelsmann, la británica BBC, el italiano MediaSet (fundado por Silvio Berlusconi), los franceses Vivendi y Lagardère y el español Prisa. Grandes conglomerados tecnológicos como Google (que compró YouTube en 2006), Facebook (que ha adquirido WhatsApp e Instagram), Apple y Amazon (que compró el Washington Post en 2013) han decidió entrar en el sector audiovisual, lo que ha agudizado la tendencia a la concentración. La relación entre la banca y los medios siempre ha sido estrecha, pero la crisis ha supuesto un salto cualitativo, ya que algunos han paso a ser dueños, lo que ha agravado la invisibilización de ciertos sucesos como los desahucios [10].

Los seis grandes grupos (Time Warner, Disney, NewsCorp, NBC Universal, Viacom y CBS) controlen el 70% del sector a nivel mundial. Son propietarios de unos 1.500 periódicos, 1.100 revistas, 2.400 editoriales, 9.000 emisoras de radio y 1.500 cadenas de televisión

El Estado Español es un gran ejemplo de esta tendencia, lo que ha llevado a afirmar que existe un oligopolio en el sector. Mediaset y Atresmedia seleccionan lo que ve el 58% de la audiencia. Hay que tener en cuenta que durante el estado de alarma se han consumido, según el informe de Barlovento comunicación, una media de 278 minutos diarios (51 minutos más que el año pasado) de televisión y 167 minutos de Internet [11]. En la radio sucede lo mismo ya que cuatro grupos: Prisa (Cadena SER), la Iglesia Católica (COPE), Planeta (Onda Cero) y el grupo Godó (RAC1) deciden lo que escucha el 80% de los oyentes y controlan el 97% del mercado [10].

A nivel de Euskal Herria habría que destacar la creación de EITB, que comenzó a emitir ETB-1 en 1982 y ETB-2 cuatro años más tarde. En Iparralde se emite lo que France 3 tiene asignado al territorio sur [12]. EITB acabó el año 2018 con una media de 153.053 usuarios de eitb.eus, lo que supone una subida del 15% respecto al año anterior. Durante la pandemia, la audiencia no ha hecho más que crecer, llegando a un 28,2 de cuota de pantalla (unos 366.000 espectadores) en el Teleberri de ETB-2 y del 10,5 en el de ETB-1 [13]. En lo que a la radio respecta, las emisoras del Grupo EITB (Radio Euskadi, Gaztea, Euskadi Irratia, Radio Vitoria y EITB música) sumaron 459.000 oyentes de lunes a viernes en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa [14]. Los datos dejan en evidencia la capacidad de influencia de estos medios, lo que repercute de manera directa a la hora de hacer política. Sobre todo EITB, como parte del conglomerado institucional del PNV y Confebask, busca transmitir cierta cercanía y pertinencia con el objetivo de diferenciarse con los medios estatales y así conseguir dar más legitimidad a sus contenidos.

También habría que destacar cómo en los últimos años la izquierda soberanista comandada por EH Bildu ha realizado una apuesta por ser parte de esta institución. Con el objetivo de ganar votantes, ha buscado aumentar su influencia en estos espacios como parte de su estrategia de ganar importancia dentro del orden institucional. Ejemplo de ello es la apuesta por el nuevo estatuto autonómico, la política respecto a la UPV o la aprobación de los PGE. Es importante remarcar que la política hoy en día se concibe como algo mayormente mediático y comunicativo, donde lo importante es lo que se comunica y no el contenido de lo que se hace.

Todos estos hechos no se pueden entender aisladamente, sino que son parte del nuevo consenso que ciertas fracciones quieren generar a partir del cese da la actividad de ETA, donde los derechos humanos o el rechazo a todo tipo de violencia serán centrales. Para ello será clave generar un relato socialmente aceptado de lo sucedido en los últimos 60 años, como pretende el programa educativo Herenegun. Otro ejemplo sería Ur Handitan, donde prima una óptica totalmente humanista que deja de lado las cuestiones políticas centrales para explicar las diferentes problemáticas sociales. Esto no hace más que aumentar la despolitización, sustituyendo el debate y el análisis político profundo por un relato simple y ampliamente aceptado por el sentido común. Aunque se pinte de crítico o alternativo, la lógica que subyace es la misma, el mantenimiento de la paz social en la sociedad de clases.

Aunque se pinte de crítico o alternativo, la lógica que subyace es la misma, el mantenimiento de la paz social en la sociedad de clases

LA DISTOPÍA YA ESTÁ AQUÍ

Como se ha solido afirmar, la modernización capitalista no se limita a los aspectos meramente productivos, ya que estos se encuentran estrechamente relacionados con otros aspectos como los sociales o jurídicos. El aumento de la pobreza general obliga a perfeccionar los mecanismos ideológicos y represivos. Es ahí donde los medios juegan un papel fundamental generando el contexto adecuado para aplicar las medidas represivas o justificándolas una vez aplicadas. Parece que los datos serán centrales en el nuevo modelo productivo e institucional. Estos que día a día otorgamos mediante nuestros móviles o redes sociales son una gran fuente de negocio ya que son utilizados por gobiernos y empresas para mejorar las formas de venta, consumo o de control social. En la era digital en la que vivimos la gestión de la información se ha convertido en una gran fuente de productividad y poder, es decir, que se ha vuelto un elemento estratégico en el capitalismo [2]. Estos datos ayudarán a generar contenidos adaptados a cada uno, lo que aumentará la capacidad de influencia de los medios en nuestro comportamiento y subjetividad. Todas estas medidas vendrán de la mano de campañas mediáticas para hacernos creer que estas vulneraciones de derechos son por nuestro bien, lo que se denomina como la estrategia de las tres S: salud, seguridad y sociedad. Ejemplo de ello son las aplicaciones creadas para supuestamente hacer frente a la pandemia, las cuales monitorizan nuestros movimientos y situación sanitaria. O la implementación en 75 países de sistemas de vigilancia avanzada (uso de inteligencia artificial), donde los principales proveedores son chinos, seguidos por la japonesa NEC y las estadounidenses IBM, Palantir y Cisco. Otro ejemplo a destacar, sería el de Mercadona, donde a finales de julio se dio a conocer que había instalado un sistema de reconocimiento facial en 40 de sus establecimientos [1]. Lo que parecía lejano e imposible se empieza a cumplir, nos acercamos a una sociedad más autoritaria y controladora. Se está abriendo un periodo de crisis y, por lo tanto, de reforma y modernización, lo que nos obliga a adaptarnos con rapidez ya que si no volveremos a sucumbir. Contra la barbarie capitalista la única salida que nos queda es la organización comunista.

Es ahí donde los medios juegan un papel fundamental generando el contexto adecuado para aplicar las medidas represivas o justificándolas una vez aplicadas

Contra la barbarie capitalista la única salida que nos queda es la organización comunista

REFERENCIAS

[1] Baños, P (2020). El dominio mental. La geopolítica de la mente. Ariel

[2] Sierra, F (2020) Marxismo y comunicación. Teoría crítica de la mediación social. Siglo XXI.

[3] Castells, M. (2001). La era de la información: Vol. 3 Fin del milenio. Madrid.

[4] López, P (30 de julio de 2020) Ordenadores Cuánticos: Todo lo que necesitas saber.

[5] Hall, S. (1981). La cultura, los medios de comunicación y el efecto ideológico. Sociedad y comunicación de masas, 357-392.

[6] Martín-Barbero, J., & Martín, M. B. (1998). De los medios a las mediaciones: comunicación, cultura y hegemonía. Convenio Andrés Bello.

[7] Poulantzas, N., & Claudín, F. (1980). Estado poder y socialismo (No. 320.1 P68).

[8] Thompson, JB y Caviedes, F. (1993). Ideología y cultura moderna teoría crítica social en la era de la comunicación de masas (No. 320.5 T4).

[9] Castells, M. (2009). El Poder en la Sociedad Red in Comunicación y Poder. Madrid: Alianza Editorial.

[10] Barlovento Comunicación (2020). Balance del consumo de Televisión durante el Estado de Alarma.

[11] Picazo, S (2019). Grandes medios de comunicación: de quién son y a quién se deben.

[12] Hiru (2020). La televisión en Euskadi.

[13] EITB (2020). La audiencia se vuelca con el seguimiento informativo al coronavirus en EiTB.

[14] EITB Media (2020). 459.000 oyentes para las radios de EITB, según CIES.

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