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«Rotundo “no” de Euskadi a la OTAN». Ha llovido mucho desde aquella portada del periódico Egin del 1986, y el contexto ha cambiado considerablemente. El Gobierno de España ha apoyado la subida de las inversiones del gasto militar, lo que se traduce de una subida de casi un 26 % respecto al año pasado. Esta subida sale adelante con el respaldo del bloque de investidura, que han permitido que sean viables los presupuestos del 2023. En total se hará una inversión de 4.902 millones de euros dirigidos a programas especiales y a la modernización de este ámbito, lo que supondrá la creación de 22.667 puestos de trabajo directos e indirectos. Parece haber un firme compromiso con la OTAN: «¿un rotundo “sí” a la OTAN?»

El fortalecimiento de la OTAN es una de las apuestas estratégicas de las élites económicas y políticas. En la guerra entre bloques geopolíticos, el control del mercado es una apuesta más, una que facilita la apropiación de las cuotas de poder y el mantenimiento de una clase media menguante. Estamos siendo testigos de un contexto que propiciará guerras imperialistas por delegación que llevará al proletariado a la miseria, sobre todo en los países de la periferia. Cómplice de este contexto es, por tanto, todo aquel que apoya dichos presupuestos. 

La guerra es el recurso más cruel de las élites. La violencia ha sido el recurso que han utilizado para desarrollar las fuerzas productivas y hacer frente a las diversas trabas que les han surgido por el caminoLas guerras son el nivel superior de la violencia organizada del estado, el conjunto de procesos utilizado para acortar los periodos de transición. Más concretamente, fomentan un contexto concreto que sea beneficioso para las élites. La violencia misma es una potencia económica, y la capacidad de organizar esta violencia que perpetúa la subordinación de clase es uno de los elementos de la fuerza política. 

Los partidos representantes de la clase media han reaccionado sumisamente a las exigencias de la OTAN. Sin embargo, el que lo pagará caro será el proletariado. Normalizando la violencia de los estados policiales y la violencia militar, ya han empezando a dar cuerpo a una nueva normalidad, donde el concepto de paz está ligado a la sumisión del proletariadoPara el proletariado, la única alternativa real frente a la OTAN, la guerra imperialista y la barbarie capitalista es materializar el internacionalismo y comenzar a organizar un partido comunista que se organice con independencia política.