FOTOGRAFÍA / Beñat Etxebarria
Jose Castillo
@josecast23
2022/03/02

Todo el mundo lo sabe, la universidad pública ya no es lo que era. Este reportaje de investigación trata de exponer los aspectos cuantitativos y cualitativos por los que el capital privado está accediendo al control directo de áreas enteras de la universidad pública. Tendencia, que lejos de ser una casualidad, responde a la propia génesis del modelo educativo universitario estatal-capitalista y a la modificación del modelo en épocas de crisis.

Es evidente, junto a otras instituciones sociales, el papel central que juega la educación, y en concreto la universidad, en la reproducción y mantenimiento de las relaciones sociales capitalistas. Esta institución es básica para la reproducción de la futura mercancía fuerza de trabajo, que no son más que los estudiantes que se encuentran actualmente en las aulas y en un futuro cercano engrosarán el mercado laboral o las filas del paro, el ejército de reserva laboral.

Las universidades y los centros de trabajo o producción tienen un tipo de organización similar. Tienden a ser lugares donde se juntan amplias masas humanas bajo un mando burocratizado, impersonal, rutinario y jerarquizado. En ambos lugares, el trabajo se premia mediante incentivos externos, como el salario o las calificaciones académicas. Si el salario rige la inserción social de cierto individuo en la sociedad capitalista, las notas son las que preparan al individuo y marcan su adecuación a los estándares histórico-coyunturales de las necesidades de reproducción del Capital.

Por lo tanto, se puede decir que, en la universidad, como parte de la totalidad del sistema educativo capitalista, se aprenden las relaciones sociales de producción dominantes en la sociedad. Es por ello, que atendiendo a esta definición no cabe distinción alguna entre la universidad pública y privada en cuanto a su último fin de reproducir las condiciones sociales dadas. Ahora bien, ambas difieren en la forma de lograr este fin. Además, cabe destacar, que el principal medio por el que la universidad logra este fin no es solamente mediante la impartición de ciertos temarios curriculares; sino más bien mediante toda una serie de prácticas, rituales, formas de interacción alumno-profesor etc. Que hacen que las relaciones sociales de producción dominantes sean interiorizadas por el alumno inserto en el mundo educativo universitario, rasgo común al sistema público como el privado [1].

Sin embargo, como hemos observado, si la universidad pública en la reproducción de las relaciones sociales capitalistas atiende a los intereses de la clase capitalista en su conjunto, mediadas por la dirección estatal, la universidad privada respondería a los intereses y necesidades directas de ciertas facciones de capitalistas privados. Obviamente, como en el capitalismo las distintas facciones del capital están en pugna constante por la conquista de mayores facciones de mercado y capacidades productivas, todos los capitales privados individuales intentan influir en la universidad pública para amoldar las enseñanzas y labores de investigación de esta hacia sus intereses particulares.

Si la universidad pública atiende a los intereses de la clase capitalista en su conjunto, la universidad privada respondería a los intereses y necesidades directas de ciertas facciones de capitalistas privados

Este es el principal motivo de este artículo: entender que, pese a que la universidad pública está guiada por los motivos generales de la sociedad capitalista, mediante la articulación y lucha política organizada del proletariado se han podido instaurar ciertos espacios de libertad de enseñanza, cátedra y cuotas de libertad política que no han existido en las universidades privadas históricamente. Sin embargo, en la época de crisis del capital y ofensiva burguesa que vivimos actualmente, muchas de estas conquistas están en retroceso y uno de los aspectos en los que se ve claramente este retroceso es en la conquista directa de mayores cuotas de poder y control directo de los capitales privados sobre la universidad pública.

LA PRIVATIZACIÓN: CAUSAS Y CONSECUENCIAS

Podemos situar el inicio de la privatización masiva de la universidad pública en la crisis de acumulación de capital iniciada en la década de 1970. Sin embargo, para el sistema europeo de universidades públicas, una fecha clave de no retorno será la de los planes de inicios del nuevo siglo, allá por los años 2000. Hoy día, como resultado directo que la crisis capitalista impone en cuanto a contracción del gasto público estatal, las empresas privadas de distinta índole han pasado a ser parte activa de la financiación de las universidades públicas. Determinando así amplias áreas investigadoras de la universidad y sus fines económicos.

Las empresas privadas de distinta índole han pasado a ser parte activa de la financiación de las universidades públicas

Además de que esto es una tendencia de largo recorrido impuesta por la Unión Europea a todos sus estados miembros. La Comisión Europea, en un informe de enero de 2001, ya recomendaba que en torno a los dos tercios del gasto en investigación científica, lo que se viene a denominar como I+D+i, se cubriese mediante aportaciones privadas de las empresas [2]. Con este objetivo, las empresas privadas subcontratan a departamentos enteros de universidades, condicionan su financiación o crean parques tecnológicos en los mismos campus universitarios mediante el patrocinio directo de estas empresas.

La Comisión Europea, en 2001, ya recomendaba que en torno a los dos tercios del gasto en investigación científica se cubriese mediante aportaciones privadas de las empresas

Esta tendencia se evidencia, frente al modelo público que resiste más en el mundo académico latino-mediterráneo, en el mundo universitario anglosajón, donde empresas privadas han pasado a controlar directamente facultades enteras. Este es el caso de la alianza entre la petrolera británica BP (British Petroleum) y la Universidad de California de Berkeley (la universidad pública más prestigiosa de EE.UU.) para la creación del Energy Biosciences Institute. El cual, durante la última década, mediante la financiación directa de 500 millones de dólares de la petrolera británica, ha llevado a cabo diversas investigaciones sobre biocombustibles creados a partir de cereales modificados genéticamente. Obviamente, a cambio de esta financiación, la petrolera se ha reservado el derecho a explotar comercialmente todos los resultados obtenidos por dichas investigaciones.

De hecho, la cuestión de la libertad del investigador científico es un problema de largo recorrido en la universidad anglosajona. Ya en el año 2002, la revista académica New England Journal of Medicine tuvo que ofrecer disculpas públicas porque el comité editorial de la revista se dio cuenta de que la mitad de los artículos publicados desde 1997, en los que se valoraban distintos medicamentos, habían sido escritos por investigadores con vínculos económicos con las farmacéuticas que producían los productos evaluados. De esta manera, la independencia de cátedra y la autenticidad del trabajo de los investigadores quedó en entredicho [3].

El que departamentos enteros de investigación de la Universidad dependan directa o indirectamente de la financiación de capitales privados hace que muchos investigadores se vean forzados a la autocensura con tal de lograr resultados que serán financiados y no aquellos que sean más relevantes para el bien de toda la sociedad. Al respecto, la conocida periodista y escritora canadiense, Naomi Klein, ofrece un ejemplo esclarecedor [4]. En 1998, la doctora Nancy Olivieri, una científica de la Universidad de Toronto y especialista en una extraña enfermedad de la sangre, la talasemia, firmó un contrato de investigación con el gigante farmacéutico Apotex. La empresa deseaba que Olivieri estudiara la eficacia de la droga deferiprona en jóvenes pacientes que sufrían talasemia. Cuando Olivieri encontró pruebas de que en algunos casos la sustancia podía tener efectos secundarios peligrosos para la vida, se propuso informar de ello a los pacientes que participaban en el estudio y a los especialistas en la materia. Apotex suspendió la investigación y amenazó con llevar a Olivieri a los tribunales si daba a conocer sus conclusiones, señalando una cláusula del contrato de la investigadora, que ella había olvidado y que le daba a la empresa el derecho a reservarse la publicación de los resultados durante dos años después de la finalización del estudio.

Además, en consonancia con las tendencias mismas del sistema capitalista, el cortoplacismo y el intentar valorizar las inversiones lo antes posible, las grandes corporaciones privadas tienden a priorizar la inversión en investigación aplicada más que en investigación teórica o general. Es decir, tienden a priorizar la financiación de aquellas investigaciones científicas que tienen como objetivo extrapolar resultados directos e inmediatamente aplicables a la industria del momento. En consonancia con esta tendencia, se da una devaluación de las carreras cuyo conocimiento se mueve en el área de las ciencias más sociales y abstractas, tales como pueden ser Filosofía o las filologías en las ramas de humanidades o sociales, o de Bellas Artes en la rama artística.

LA PRIVATIZACIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL

Pese a que como hemos mencionado, el sistema universitario del Estado español se ubica dentro de los sistemas mediterráneos que más han dependido históricamente de la financiación pública que de la privada, esta tendencia comienza a revertirse de manera notoria tras la aprobación del Plan Bolonia en 1999. De hecho, ya en la actualidad, el que hasta hace pocos meses fue ministro de Universidades, Manuel Castells, nunca ha ocultado su admiración por el sistema universitario estadounidense donde el peso de la financiación privada tiene un peso primordial frente a la estatal. Es más, el ministro llegó a declarar literalmente que las universidades públicas y los profesores deben competir entre sí, en vez de cooperar y que la financiación de la Universidad y hasta los sueldos de los profesores deben depender de ello [5].

Castells ha puesto en más de una ocasión como ejemplo a la Universidad de California Berkeley, en la que impartió clase de 1979 a 2003. Sin llegar al nivel de las grandes universidades privadas como Harvard o Stanford, que recaudan más de 1.000 millones de dólares anuales en donaciones, la universidad pública californiana consiguió en 2019 un total de 634 millones de dólares con aportaciones de fondos privados, algo parecido al presupuesto entero de la Universidad Complutense de Madrid. Todo este sistema ha sido alabado por el ministro que ha comandado la redacción de la nueva ley de universidades española, conocida por sus siglas LOSU.

De hecho, esta ley fue presentada por el propio Castells desde la Universidad de Barcelona (UB), la que es una universidad paradigmática del cambio de tendencia hacia la privatización del sistema universitario público. En la más prestigiosa universidad pública catalana, las empresas privadas controlan la gran mayoría de cátedras universitarias que a posteriori influyen en el temario de las asignaturas de distintos grados. Por ejemplo, la empresa de seguros privados suiza Zurich firmó en el año 2013 un acuerdo para financiar la cátedra universitaria UB-Zurich, para fomentar la educación y la investigación de «alta calidad» en los campos de las ciencias actuariales [6] y las finanzas.

De más largo recorrido es la cátedra firmada entre la UB y el Banco Santander desde el año 2008, la Cátedra de Iniciativa Emprendedora. Esta tiene como objetivo «fomentar la cultura emprendedora en la Universidad, organizar todo tipo de actividades para mejorar la formación y la preparación de los alumnos que estén interesados e impulsar la investigación en este ámbito». Es más, los distintos dirigentes empresariales tienen vínculos directos con los órganos de decisión política de la UB. Ya que, según una investigación publicada en el 2018 por Verónica Landa en IzquierdaDiario.es, 8 de los 17 miembros del Consejo Social de la UB estaban relacionados con empresas privadas, multinacionales y tenían una íntima relación con diferentes patronales [7].

En otra universidad pública catalana de renombre, como es la Pompeu Fabra, nos encontramos con la Cátedra Mango de Responsabilidad Social Corporativa, financiada efectivamente por la multinacional textil española Mango, acusada en diversas ocasiones de producir sus productos bajo explotación infantil o empleando refugiados sirios de manera ilegal. Alejándonos de Cataluña, llama especialmente la atención la cátedra financiada por el Burger King en la Universidad de Extremadura para «el control de la eficiencia energética», cuyo proyecto inicial era investigar sobre la eficiencia energética, sí, pero la de sus restaurantes.

Volviendo al ámbito de las empresas financieras, el mencionado Banco Santander es una de las entidades financieras que más vínculos tiene en las distintas universidades públicas del Estado español, financiando distintas becas de investigación y áreas enteras de divulgación académica. Por ejemplo, todo el sistema de cursos de verano y de invierno organizados por la Universidad Complutense de Madrid corre a costa del banco que preside Ana Botín. Además de contar con un sistema que otorga diversas becas en su propia página web, para cuya obtención el alumno debe ceder sus datos privados y académicos al banco. En concreto, el contrato establecido por la Complutense con el Santander permite percibir hasta 5,5 millones anuales a la universidad pública madrileña, la universidad pública más grande de todo el Estado español.

Sin embargo, aún hoy, la gran inversión de los grandes capitales internacionales radica en la compra y control directo de las principales universidades privadas españolas. Ya que en estas pueden ejercer un control directo sin cortapisas estatales. En el año 2019, dos fondos de inversión con sede en Londres compraron sendas universidades privadas en Madrid. El fondo de inversión Pemira se hizo con la Universidad Europea por 770 millones de euros a finales del año. Por su parte, CVC Capital Partners cerró el traspaso de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX) por 1.100 millones.

Esta compra directa y control de influencia de universidades privadas también es un modo de privatización indirecta de la universidad pública, ya que estas facilitan el acceso al mundo del trabajo asalariado a sus alumnos mediante contactos directos en las empresas que financian. Es así, que según el Observatorio del Sistema Universitario (OSU), entre 2011 y 2017 el abanico de grados ofertado por las universidades privadas aumentó un 51 %, mientras que el de las públicas apenas lo hizo en un 11 % [8].

Esta compra directa y control de influencia de universidades privadas también es un modo de privatización indirecta de la universidad pública

EL ASALTO A LA UPV/EHU

Finalizando la investigación en Euskal Herria, este reportaje se centrará en la principal universidad pública del territorio vasco, la UPV/EHU. Al ser esta última la que mayor cantidad de alumnos y financiación requiere, convirtiéndose en la universidad pública de referencia en Euskal Herria. Sin embargo, un mismo análisis se podría hacer de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), en cuya fundación corporativa participan más de 50 empresas privadas locales y multinacionales, entre las que destacan el banco La Caixa o la empresa automovilística Volkswagen.

Volviendo a la UPV/EHU, vemos como la tendencia global descrita a lo largo de esta investigación se adscribe también a la universidad pública de los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca mediante las palabras que anualmente en los actos de apertura de curso vienen pronunciando sus dos últimas rectoras. A principios del curso de 2019, Nekane Balluerka, anterior rectora de la UPV/EHU, reivindicó la necesidad de más financiación privada. «Desde esta óptica, para el desarrollo de la Universidad pública adquiere pleno sentido recabar también recursos del sector privado, a través de la prestación de servicios o contratos de transferencia, sin que ello deba condicionar en modo alguno la independencia de la Universidad», explicó Balluerka. Sin aclarar cómo se iba asegurar que los agentes de la burguesía a los que pedía implicación garantizarían la independencia de la universidad, algo totalmente contrario a las leyes más básicas del capitalismo.

La actual rectora Eva Ferreira, en una entrevista de abril de 2021, defendió el modelo de financiación pública con aportaciones privadas y abogó por lograr un incremento sustancial en la captación de fondos externos. Todo ello, con el objetivo de posicionar en un mejor lugar a la UPV/EHU en la pugna internacional por fondos de investigación. Lo que demuestra la acuciada necesidad de la universidad pública por integrarse en los circuitos internacionales del capital financiero, los que a largo plazo decidirán la pervivencia y futuro de la universidad, si esta quiere sobrevivir en un contexto de pugna capitalista global cada vez más agudizada.

Prueba de estas tendencias es el centro de fabricación avanzada de aeronáutica impulsado por la UPV/EHU y 39 empresas privadas del sector, ubicado en el Parque Tecnológico de Bizkaia en Zamudio desde el 2017. El proyecto cuenta con una inversión total de 16 millones de euros en financiación público-privada, de la que colaboran empresas del sector como ITP Aero, el Grupo WEC o la cooperativa vasca de máquina-herramienta Danobat. Bajo este proyecto, la UPV/EHU investiga en procesos industriales relacionados con la aeronáutica y transfiere directamente sus resultados a la industria que financia el proyecto. Un claro ejemplo de la privatización del conocimiento bajo el mando de ciertas corporaciones.

Centrándonos en las cátedras, la UPV/EHU tampoco se escapa al modelo que venimos describiendo en toda la investigación, ya que en el caso de la universidad pública vasca esta cuenta con una cátedra controlada directamente por Confebask, la patronal vasca. La Cátedra Confebask para el desarrollo del Nuevo Modelo de Relaciones Laborales, por su nombre oficial, tiene su sede en la Facultad de Economía y Empresas de Sarriko, y en ella el objetivo es «reflexionar sobre el nuevo modelo de relaciones laborales con el objeto de avanzar en la configuración y promoción de unas relaciones laborales modernas y colaborativas, plenamente adecuadas al contexto competitivo del siglo XXI». Lo que en el lenguaje de la burguesía no viene siendo otra cosa que flexibilizar las relaciones laborales y destruir todo marco sindical o resistencial que une a los trabajadores para imponer unas relaciones individuales entre empresario y trabajador a la hora de negociar las condiciones laborales.

La UPV/EHU tampoco se escapa al modelo que venimos describiendo en toda la investigación

Entre otras oportunidades brindadas por la UPV/EHU a la patronal vasca mediante esta cátedra, la confederación de los empresarios vascos puede facilitar prácticas de grado a aquellos estudiantes que la propia cátedra seleccione. Además, la patronal concede becas a los trabajos de fin de grado y máster que vea convenientes a sus intereses e influye en el currículum y las asignaturas impartidas en el grado de Economía o Empresariales. El director de esta cátedra incorporada a la UPV/EHU es Jon Bilbao, director del Área Jurídico-Laboral de Confebask.

Todo ello se da en un contexto en el que la UPV/EHU viene privatizando y devaluando las condiciones laborales de su personal laboral interno, mediante el uso de subcontratas o recorte directo de las plantillas laborales. A este respecto, tenemos el ejemplo paradigmático de las limpiadoras de la universidad, que pese a que la universidad pública vasca esté bajo mando político directo del Gobierno Vasco, la institución universitaria subcontrata a sus limpiadoras mediante diversas empresas. Lo que supone que las limpiadoras, sector mayormente feminizado, cobren un 13 % menos que las limpiadoras propias de otros servicios del Gobierno Vasco; o que 40 % del sector tenga jornadas parciales y, por lo tanto, salarios parciales. Quizás la cátedra impartida por Confebask sobre nuevas relaciones laborales y las condiciones de trabajo que la UPV/EHU impone a sus trabajadores y trabajadoras internas estén estrechamente relacionadas.

Pero esto no es todo, quizás el caso más flagrante de colaboración con empresas privadas se dé en el ámbito de la investigación armamentística. En los últimos años se han dado a conocer múltiples casos mediante los cuales las escuelas de ingeniería de la UPV/EHU tienen acuerdos y colaboraciones con diversas empresas con participación en la industria armamentística para la investigación y para la realización de prácticas por parte del alumnado, tales como Sener o ITP. Esta última empresa, presidida por el ex ministro del PP Josep Piqué, es productora directa de distintas piezas para los cazas de combate del ejército de Arabia Saudí, con los que el ejército de la petromonarquía lleva ya más de ocho años bombardeando a la población civil yemení.

Las escuelas de ingeniería de la UPV/EHU tienen acuerdos y colaboraciones con diversas empresas con participación en la industria armamentística

Además, la UPV/EHU colabora con la Plataforma Tecnológica Aeroespacial Española, mediante un acuerdo aprobado en el Consejo de Gobierno del 26 de enero de 2017. Entre los miembros de dicha plataforma se encuentran TEDAE (patronal de empresas armamentística), INTA (organismo de investigación del Ministerio de Defensa), DGAM (Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa) y diversas empresas dedicadas a la producción militar. De nuevo con el objetivo de que diversas empresas armamentísticas privadas –aunque en el caso de la industria militar esta siempre vaya a estar fuertemente subvencionada por el Estado– tengan incursión en la universidad y condicionen el conocimiento del alumnado hacia la industria de la destrucción [9].

CONCLUSIONES

De este breve repaso a la tendencia por la que las empresas privadas cada vez se encuentran más cómodas o en control directo de las universidades públicas se pueden extraer varias conclusiones políticas. La primera, y más evidente, es que en la actualidad cuesta caracterizar una distinción clara entre universidad pública y privada; dado que, con tal nivel de integración del capital privado en la universidad pública, es difícil comprender que esta opere como un órgano independiente de los intereses del capital y al servicio de toda la sociedad.

El capital privado controla directamente las universidades privadas, pero no es ninguna casualidad que cada vez controle directamente mayores áreas de la universidad pública. En mi opinión, esto se da por dos razones: una, porque el estado capitalista nunca ha sido ninguna institución neutra y sus designios han estado ligados al del conjunto de la clase capitalista a la que según la coyuntura permite mayor control directo de sus órganos; segunda, porque en tiempos de crisis capitalista como el actual, y más en estados fuertemente deficitarios y de baja productividad como el español, a las distintas administraciones estatales se les hace imposible seguir sufragando el gasto social que supone entre otros el universitario, por lo que abren las puertas de manera aún más directa al capital privado para reducir costes.

Esta última es una tendencia que va a seguir agudizándose. Por lo tanto, tiene mayor urgencia que nunca replantearse toda la estrategia política en defensa de la universidad pública, entendida esta como si fuera un bien social neutro que preservar. Efectivamente, toca defender los intereses de la clase trabajadora en la universidad pública, pero no al modelo institucional educativo estatal burgués como tal. Todos los datos aportados aquí sirven para ver una tendencia hacia la evaporación de lo que un día fue, efectivamente, un reducto de ciertas cuotas de libertades políticas y académicas para sectores de la clase obrera. La estrategia socialista deberá pensar desde ya en el desarrollo del modelo de educación socialista, y eso se hace en consonancia con la defensa de los sectores de la clase trabajadora de la universidad pública, hoy en vías de extinción.

NOTAS

1 Para profundizar más en la sociología de la educación desde una perspectiva marxista recomiendo las dos obras clásicas sobre el tema de Mariano Fernández Enguita (observando críticamente ciertos postulados ideológicos del autor ambas pueden ser una buena introducción al tema): Marxismo y sociología de la educación, 1986, Akal, Madrid; Trabajo, escuela e ideología, 1985, Akal, Madrid.

2 Hablamos del informe titulado «Futuros objetivos precisos de los sistemas educativos» [COM (2001) 59 final], merece la pena consultarlo para entender las tendencias que hoy día aún perduran en el sistema educativo europeo en general.

3 Evans, G.R. (2001): «The Integrity of UK Academic Research under Commercial Threat», Science as Culture, 10 (1), pp. 97-111.

4 Klein, N. (2002): No logo. El poder de las marcas, Barcelona, Paidós, pp. 122-123.

5 El Sacapuntas (2020): «El ministro Castells: el tecnócrata hippie y su plan neoliberal para desmontar la Universidad pública», El Salto, 28 de mayo. Disponible online.

6 La ciencia actuarial es la disciplina que aplica métodos matemáticos y estadísticos para evaluar el riesgo en seguros, finanzas y otras industrias.

7 Landa, V. (2018): «¿Quién gobierna en la Universitat de Barcelona?», IzquierdaDiario.es, 24 de enero. Disponible online.

8 Sacristán, V. (2017): «¿Quién financia la universidad?», Observatorio Sistema Universitario OSU. Disponible online.

9 Gasteizkoak.org (2017): «La UPV/EHU cada vez más activa en la industria militar vasca y el militarismo (y el cuajo del lehendakari)», Viento Sur, 22 de septiembre. Disponible online.

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