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Argazki Nagusia
FOTOGRAFÍA / Gedar.eus
Ander Goiatxe
2021/12/10 15:23

(Traducción)

Estas últimas semanas se ha dado un nuevo incremento de casos afectados por el virus SARS-CoV-2, el cual está a punto de convertirse en endémico. Es un incremento que nos genera una sensación de  deja vú. En un contexto de desesperación y de incertidumbre, el Gobierno Vasco y el Gobierno de Navarra, junto con otras comunidades autónomas del estado, han implantado una nueva medida: el certificado Covid. Aunque lo desarrollaré más adelante, quisiera mencionar desde un principio que esta medida, de impacto sanitario limitado, contiene más implicaciones de las que se pueda pensar. Y es que la aplicación del certificado Covid, aunque sea de una manera indirecta, es una medida que convierte la vacunación de facto en obligatoria. Aunque esto sea más difícil de dilucidar aquí, se puede comprobar claramente en los estados en los que este certificado está más extendido desde hace un tiempo. Por ejemplo, en el estado francés, las personas que trabajan cara al público, están obligadas a tener el certificado para poder seguir trabajando. Por lo tanto, los trabajadores, en la medida en que están sujetos a su puesto de trabajo, no tienen otra opción que vacunarse. Convirtiendo, aunque sea de manera indirecta, la vacunación en obligatoria, el estado incrementa su cuota de control sobre los trabajadores, e implanta un importante precedente, castigando a aquellas personas que no se sometan a sus dictados.

En Hego Euskal Herria se ha convertido en obligatorio mostrar el certificado para entrar en locales cerrados como bares o algunos actos. Y ya hemos mencionado que el impacto que esta medida pueda lograr sobre el desarrollo de la pandemia es limitado. Pero, antes de aclarar ese punto, quisiera explicar algunas cuestiones relacionadas con el Covid-19.

Para empezar, hay que decir que la situación sanitaria que vivimos ha mejorado sustancialmente. Y la vacunación ha sido un factor clave para ello. Las vacunas han demostrado una efectividad notable (1-5). Gracias a ellas ha disminuido el riesgo de contraer la infección, pero, sobre todo, han disminuido drásticamente las formas graves del Covid-19 y las muertes derivadas de éstas. Sin embargo, el impacto que las vacunas tienen sobre los contagios es dudoso, hoy por hoy. Las investigaciones realizadas sobre la variante delta, predominante en este momento, han sugerido que las personas vacunadas que desarrollan la infección tienen un riesgo sustancial de contagiarla, que se puede comparar con el riesgo de las personas no vacunadas (2,6-10).

Para justificar la implantación del certificado Covid también han afirmado que será válido para fomentar la vacunación. Si observamos los datos, en Nafarroa por ejemplo, un 91% de la población mayor de 12 años (aún no ha empezado la vacunación a menores de esta edad) ha recibido la pauta total de vacunación (11). En las personas mayores de 70 años (la franja de población con mayor riesgo de padecer una enfermedad grave), la pauta completa de vacunas cubre a un 99 %. A la hora de valorar esas cifras, hay que tener en cuenta el objetivo de la vacunación. Hoy por hoy, la vacunación no frena la transmisión, y al ser ese freno una de las condiciones para conseguir la inmunidad de grupo, se puede afirmar que las vacunas no valen para conseguir dicha inmunidad. Clara muestra de ello es que aun teniendo estos datos de vacunación (teníamos que llegar a la inmunidad de grupo con un 80 %), el virus sigue propagándose. Por consiguiente, el objetivo principal de la vacunación sería evitar los cuadros graves de la enfermedad, y los fallecimientos, junto con la disminución de la transmisión. Y siguiendo a dichos objetivos, se puede afirmar que  los datos de vacunación que tenemos son adecuados. Por tanto, la aplicación en nuestro territorio del certificado Covid no se puede entender como medida importante para impulsar la vacunación, ya que no conllevará ninguna significativa aportación a ese respecto. 

Resumiendo, el impacto sanitario del certificado Covid es limitado, más aún en las condiciones en las que se ha implantado en Hego Euskal Herria. Además, el certificado Covid, en sí, no conseguirá cambiar la tendencia del brote que tenemos, al menos mientras las medidas preventivas básicas sigan cojeando: las mascarillas y los test no se pueden adquirir con facilidad ni gratis, el servicio de rastreo de contactos está colapsado, la atención sanitaria primaria que ha de atender a la mayoría de pacientes está desbordada y sin poder llegar... Como ya ha sucedido en otras ocasiones durante esta pandemia, tampoco la aplicación de esta medida se sostiene desde un punto de vista meramente sanitario, y por ello hay que entender la medida en referencia al contexto general.

La evolución de Europa nos ha mostrado que tiene el objetivo de convertir la vacunación en obligatoria, aunque sea indirectamente. Junto con ello, el certificado limita algunas libertades básicas, tal como la libertad de movimiento, hasta el punto de poner en entredicho la propia legalidad de esta medida. Pero no nos confundamos; aunque aquí por el momento es lo que se dice, el certificado Covid no se limita a la dicotomía entre ir con los amigos al bar o quedarse solo en casa. Tal como ha quedado de manifiesto en el estado francés, el verdadero conflicto subyace en el trabajo asalariado. En la medida en que los trabajadores tienen que ir a trabajar para sobrevivir, no tienen otra salida que cumplir los preceptos que les marque el estado, si no quieren perder el empleo y poner en riesgo la supervivencia de sus familias. Y eso es, justamente, el control social: la capacidad que tiene el estado de limitar, manejar y dirigir las vidas de las y los trabajadores, para mantenernos sometidos al orden social burgués. 

Podemos preguntarnos por qué no aplican directamente la obligatoriedad de vacunarse, en vez de hacerlo indirectamente a través del certificado. Eso mismo ha propuesto recientemente Ursula Von der Leyen presidenta de la Comisión Europea y epidemióloga (12). El gobierno español no ha tardado en responder que no a Von der Leyen (13). Y es que, el estado no tiene por qué declarar obligatoria la vacunación, cuando puede hacerlo de facto; así, además, al no ser tan notorio, se evitan posibles reacciones. Además, la obligatoriedad directa puede acarrear problemas al estado, pues todos los posibles daños colaterales derivados directamente de la vacunación (consecuencias médicas, económicas...), caerían a cargo del estado. Pero en otros estados del norte de Europa, como Alemania, se están planteando la obligatoriedad. El caso de Alemania puede estar ligado a las bajas cifras de vacunación; pero no olvidemos tampoco la importante participación del estado alemán en las multinacionales alemanas BioNTech y Curevac. Mientras tanto, en el estado francés nos van a obligar a pincharnos la “tercera” dosis para obtener el certificado Covid. Ante estas medidas, de dudosa base científica, Pfizer y BioNTech, esos mafiosos que incrementaron el precio de la vacuna en un 25% en plena pandemia, ya se frotan las manos (14).

La pandemia ha agudizado la crisis de acumulación capitalista que ya venía de antes, y en este contexto la oligarquía europea ha hecho todo lo posible por afianzar sus posiciones. Han implantado una hoja de ruta económica basada en la digitalización, la financiarización y la expansión de la inteligencia artificial para gestionar la actual crisis y tratar de impulsar una nueva dinámica de acumulación. Junto con ello, bajo la batuta de farmacéuticas, bancos, academia y aparatos estatales, con la Comisión Europea en la dirección de orquesta, y los partidos socialdemócratas como los más fieles ejecutores, se han adoptado políticas que constituyen un ataque directo a las y los trabajadores. Una muestra de ello son los Fondos Europeos, convertidos en la condena para los próximos años. Además, en el contexto que vivimos, de incremento de la carestía de la vida y privatización y recortes de los servicios públicos básicos, también los derechos civiles y políticos formales, como traducción directa que son de las concesiones económicas, también se están suprimiendo para los trabajadores. El totalitarismo de los estados y las cuotas de control social están aumentando constantemente. Son ejemplos de esa tendencia tanto el certificado Covid, los recortes de libertades políticas básicas, la constante presencia de las fuerzas represivas, la digitalización, la financiarización y la impunidad policial... Y es que la gestión sanitaria del Covid 19 y el funcionamiento del capitalismo son inseparables; la primera depende del seguno. 

Todos los partidos socialdemócratas se han decantado a favor del certificado Covid, y una vez más se han alineado con el programa político de la oligarquía. Y este no es el único ejemplo. La tanqueta enviada para reprimir las reivindicaciones de los trabajadores de Cádiz, el apoyo dado a los Fondos Europeos y los presupuestos de interés para la oligarquía estatal, bajar la edad de jubilación de los policías mientras la edad para el resto de trabajadores sube y sube... Queda de manifiesto que los partidos socialdemócratas no son más que otra expresión del Partido de la Burguesía, agentes imprescindibles para mantener el actual orden económico y social, aun con una máscara de progresismo.

Ante todo esto, la única garantía para la clase obrera es la de constituir su independencia política, y promover un proceso revolucionario que cambie de cuajo la actual situación de dominación. Mientras tanto, nuestra posición es la de dejar de manifiesto el carácter capitalista de este tipo de medidas y oponernos a ellas. De esa manera conseguiremos acabar con la dominación burguesa e implantar el control socialista de todos los ámbitos de la vida y de la producción. El control socialista es la única manera de acabar con la dictadura económica de la burguesía, con el control social, con las condiciones de vida miserables de millones de familias y las desigualdades económicas del mundo. Y, claro está, también es la úncia opción para evitar vivir una pandemia en estas condiciones. Pues sólo de esa manera se evitarán las condiciones biológicas de producción que derivan en la expansión de epidemias (granjas de producción masiva con animales apilados, crisis ecológica...); se socializará la tecnología sanitaria, que hoy en día está en manos de unas pocas multinacionales; se conseguirá un avance científico exponencial guiado por el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la humanidad y no por la competencia entre grandes empresas; se desarrollarán las mejores vacunas posibles y se distribuirán por todo el mundo, y se garantizará el acceso universal y gratuito tanto a elementos de salud básicos como a recursos avanzados. Y, por lo tanto, si hubiera una pandemia en socialismo, se gestionaría sin necesidad de recortar libertades básicas y con un control democrático de la totalidad (incluyendo el ámbito productivo). Y el cuidado de nuestra salud pasaría de ser fuente de negocio para unos pocos, a ser un deber colectivo.


Bilbiografía

1- Katella K. Comparing the COVID-19 Vaccines: How Are They Different? [Internet].Yale Medicine. Nov 2021 [Accessed on November 29, 2021]. Available in: https://www.yalemedicine.org/news/covid-19-vaccine-comparison

2-Edwards KM, Orenstein WA. COVID-19: Vaccines to prevent SARS-CoV-2 infection. In Post TW. UptToDate. Waltham (MA): UpToDate; 2021. (Accessed on November 26, 2021).

3-Fiolet T, Kherabi Y, MacDonal CJ, et al. Comparing COVID-19 vaccines for their characteristics, efficacy and effectiveness against SARS-CoV-2 and variants of concern: a narrative review. Clin Microbiol Infect. 2021[Epub ahead of print]. https://doi.org/10.1016/j.cmi.2021.10.005

4- Thompson MG, Stenehjem E, Grannis S, et al. Effectiveness of Covid-19 Vaccines in Ambulatory and Inpatient Care Settings. N Engl J Med. 2021;385:1355–1371. https://doi.org/10.1056/NEJMoa2110362

5- Soledad González S, Olszevicki S, Salazar M, et al. Effectiveness of the first component of Gam-COVID-Vac (Sputnik V) on reduction of SARS-CoV-2 confirmed infections, hospitalisations and mortality in patients aged 60-79: a retrospective cohort study in Argentina. Lancet. 2021;40:1011-26. https://doi.org/10.1016/j.eclinm.2021.101126

6- Singanayagam A, Hakki S, Dunning J, et al. Community transmission and viral loadkinetics of the SARS-CoV-2 delta (B.1.617.2) variant in vaccinated and unvacci-nated individuals in the UK: a prospective, longitudinal, cohort study. Lancet InfectDis 2021. https://doi.org/10.1016/S1473-3099(21)00648-4

7- Pouwels KB, Pritchard E, Matthews PC, et al. Impact of Delta on viral burden and vaccine effectiveness against new SARS-CoV-2 infections in the UK. Nat Med. Oct 2021[Epub ahead of print]. https://doi.org/10.1038/s41591-021-01548-7

8- Chia PY, Ong SWX, Chiew CJ, et al. Virological and serological kinetics of SARS-CoV-2 Delta variant vaccine-breakthrough infections: a multi-center cohort study. Clin Microbiol Infect. Nov 2021 [Epub ahead of print]. https://doi.org/10.1016/j.cmi.2021.11.010

9- Griffin JB, Haddix M, Danza P, et al. SARS-CoV-2 Infections and Hospitalizations Among Persons Aged ≥16 Years, by Vaccination Status - Los Angeles County, California, May 1-July 25, 2021. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. Aug 2021;70(34):1170-6. https://doi.org/10.15585/mmwr.mm7034e5.

10- Riemersma KK, Grogan BE, Kita-Yarbro A, et al. Shedding of Infectious SARS-CoV-2 Despite Vaccination when the Delta Variant is Prevalent - Wisconsin, July 2021. Unpublished. https://doi.org/10.1101/2021.07.31.21261387 (Accessed on November 26, 2021)

11- Nafarroako Osasun Publikoaren eta Lan Osasunaren Institutua - Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra. Vigilancia Epidemiológica en Navarra: Informe Epidemiológico Semanal 47/2021 (22 al 28 de noviembre). Pamplona: Servicio Navarro de Salud - Osasunbidea; 2020. 1-7. Disponible en: http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/28606C91-1431-4CF9-9D2A-A499BCC8E47E/476621/InformeEpidemiologicoSemanal47_2021.pdf

12- Perez Zala A. Von der Leyen: «EBk aintzat hartu beharko luke derrigorrezko txertaketa». Berria; Mundua. 2021eko abenduak 2, osteguna. Hemen eskuragarri: https://www.berria.eus/paperekoa/1877/015/001/2021-12-02/von-der-leyen-ebk-aintzat-hartu-beharko-luke-derrigorrezko-txertaketa.htm

13- Martín P. España rechaza la vacuna obligatoria tras la propuesta de la UE de abrir el debate. El Periódico; Sociedad. Jueves 2 de diciembre de 2021. Disponible en: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20211202/espana-rechaza-vacuna-obligatoria-12936304

14- De Miguel B. Pfizer y Moderna incrementan el precio de las vacunas para la Unión Europea. El País; Sociedad. Domingo 1 de agosto de 2021. Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2021-08-01/pfizer-y-moderna-incrementan-el-precio-de-las-vacunas-para-la-union-europea.html

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