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Argazki Nagusia
Iker Narbona
2025/06/16 11:09

El verano está a la vuelta de la esquina. Y como todos los años, la cuestión del turismo vuelve a estar sobre la mesa. Lo cierto es que el negocio del turismo otorga beneficios a lo largo de todo el año a los distintos agentes que participan de él. Sin embargo, el verano es, sin duda, la época preferida de este negocio. Durante estos meses, el flujo de turistas experimenta un importante aumento, y la carga de las consecuencias que genera el negocio turístico se hace más pesada para la clase trabajadora: ejemplo de ello son el aumento de las condiciones laborales precarias y la expulsión de la clase trabajadora de determinados barrios.

El tamaño del negocio

Algunos datos pueden ser de ayuda para cuantificar el peso del negocio turístico en la economía mundial [1]. Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que forma parte de la ONU, en 1950 viajaron 25 millones de personas a otros países, en 2007 903 millones de personas y en 2019 1,4 mil millones de personas. Se produjo un notable descenso durante la pandemia de la COVID-19, pero en 2024 se igualaron los datos previos a la pandemia [2]. Los datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, integrado por el sector privado, también son reveladores: en 2024 el sector de Viajes y Turismo supuso el 10% del PIB mundial, y también el 10% de los puestos de trabajo (357 millones) [3].

Vemos, por tanto, que el turismo es un sector importante en la economía mundial, que ha tenido un desarrollo notable desde la segunda mitad del siglo XX. ¿Y en Euskal Herria, qué? En los Estados europeos, el boom del negocio turístico está relacionado con la desindustrialización de las últimas décadas del siglo pasado y el desarrollo de la economía de servicios. La división internacional del trabajo implica la especialización de algunos territorios en el sector turístico: la costa mediterránea o las Islas Canarias [4] son un claro ejemplo de ello. Euskal Herria está lejos de la situación que viven los territorios más turistificados, pero el tamaño de este negocio tampoco es baladí por nuestros lares.

Comencemos por Hego Euskal Herria. En 2024 se contabilizaron en Navarra 2 millones de turistas, un 10,2% más que en 2019 [5]. Asimismo, se registraron los datos de empleo más altos de la historia, alcanzando las 20.000 afiliaciones a la Seguridad Social (en torno al 6,5 % del total de afiliaciones). Hay que tener en cuenta que en este sector son muy frecuentes las situaciones sin contrato. En el caso de la CAV, se contabilizaron 4,7 millones de turistas en 2024, lo que supone un 24% más que en 2019 [6]. En cuanto al empleo, se alcanzaron casi 115.000 afiliaciones en actividades turísticas (11,3 % de los afiliados dados de alta en la CAV) [7]. La mayoría de estos empleos, tanto en Navarra como en la CAV, están vinculados a la hostelería.

Por otro lado, los hoteles, hostales, pensiones y albergues siguen constituyendo la mayoría de las plazas de alojamientos turísticos en Navarra y la CAV, pero la modalidad que más ha crecido en la última década es la de las viviendas turísticas. El INE publica desde 2020 los datos de las viviendas turísticas ofrecidas por las plataformas Airbnb, Booking y Expedia [8]: En Navarra han pasado de 1.071 (agosto de 2020) a 1.783 (agosto de 2024), lo que supone un aumento del 66,8%; y en la CAV de 4.598 (agosto de 2020) a 5.828 (agosto de 2024), lo que supone un incremento del 26,75%. A pesar de no disponer de datos oficiales anteriores, hay que tener en cuenta que antes de 2015 esta modalidad no tenía mucha presencia en Hego Euskal Herria.

Centrándonos en la realidad de Ipar Euskal Herria, aquí el peso relativo del turismo en la economía es mayor debido a la posición de este territorio dentro de la estructura económica del Estado francés. Prueba de ello es que en 2023 hubo 5,2 millones de turistas, a pesar de que la población de Iparralde es casi diez veces menor que la de Hegoalde [9]. En términos de empleo, en torno al 8% de los puestos de trabajo del Departamento de Pirineos Atlánticos (que engloba a Ipar Euskal Herria y a Bearne) correspondieron a la actividad turística ese año.

Siguiendo con las características del turismo en Ipar Euskal Herria, la mayor parte se concentra en la costa de Lapurdi y en los pueblos de alrededor, siendo la mayoría de los turistas (75%) provenientes del propio Estado francés. Por otra parte, la inmensa mayoría de las ofertas de alojamiento turístico son las anunciadas vía Airbnb: en 2023 fueron 13.682 (91,2% del total) [10], tras aumentar un 130% entre 2016-2020 [11]. Todos los datos mencionados para Ipar y Hego Euskal Herria son los más altos de la historia y nos indican claramente el auge del negocio del turismo.

¿A qué le llamamos turistificación?

Turistificación es una palabra compleja, para qué negarlo. Y, sin embargo, podemos escucharla aquí y allá, en boca de políticos profesionales y periodistas, en acciones de distintos colectivos y, en general, en el debate público. Por lo tanto, primero conviene hacer una aclaración del concepto.

En primer lugar, definamos el turismo. El turismo en su forma actual nace cuando la experiencia de viajar por ocio se convierte en mercancía. Por tanto, para ser más exactos deberíamos hablar de turismo capitalista: un conjunto de actividades que responden a las necesidades de la acumulación de capital y se organizan en base a ellas. Los seres humanos han viajado desde siempre, en un sentido o en otro, pero el modelo contemporáneo del turismo ha nacido y se ha desarrollado junto con el capitalismo.

El turismo era una actividad restringida a las élites a lo largo del siglo XIX, pero con el paso de las décadas se fue extendiendo a más estratos sociales, sobre todo a partir del siglo XX. De hecho, en la segunda mitad de este siglo se establecieron el turismo de masas y la industria turística actual. Sin embargo, la discriminación clasista siempre ha sido característica del turismo capitalista, y todavía hoy podemos encontrar diferentes tipos de turismo: por un lado, un turismo de lujo; por otro, un turismo de masas que se produce a medida de las clases medias; y, por último, un turismo devaluado, destinado a parte del proletariado. Sin embargo, otra parte significativa del proletariado siempre ha estado excluida de la mera opción de acceder al turismo: como muestra de ello, el 17,7% de la población de la CAV y el 25,3% de Navarra no puede ir de vacaciones al menos una semana al año [12]. Del mismo modo, si con una población mundial superior a 8 mil millones de personas en 2024 el turismo internacional fue realizado por 1,4 mil millones de personas (aproximadamente el 17,5% de la población), comprenderemos fácilmente que el turismo capitalista excluye directamente a la mayor parte del proletariado global y responde a la división imperialista mundial. Siguiendo con lo explicado, la turistificación es el asentamiento y expansión del turismo capitalista que, respondiendo a las necesidades de la ganancia capitalista, trae consigo la intensificación de las actividades turísticas y pone el espacio social al servicio de los actores que participan en el negocio del turismo, desde pequeños arrendadores hasta grandes empresarios y fondos buitre: los arrendadores y capitalistas que conforman este entramado turístico-inmobiliario-hostelero, en pocas palabras. Por supuesto, lo que para unos es negocio, para otros significa miseria: esta expansión del negocio del turismo (la turistificación) tiene consecuencias negativas para la clase trabajadora y para el entorno. Dichas consecuencias podrían resumirse de la siguiente manera:

  1. Precariedad y empobrecimiento: para ser rentable, el negocio del turismo necesita unas condiciones laborales precarias, que especialmente sufren los y las trabajadoras jóvenes y migrantes; y, al mismo tiempo, contribuye a la subida de los precios, profundizando en el empobrecimiento de toda la clase trabajadora.
  2. Expulsión de la clase trabajadora: la expansión del negocio turístico dinamiza y acelera la segregación clasista del espacio que le es propia al modo de producción capitalista, provocando la modernización de algunas zonas y el deterioro de otras, y expulsando en este proceso a estratos de bajo nivel socioeconómico de determinadas zonas, bien sea de forma directa (por el incremento de los precios de los alquileres, por ser desahuciados para la apertura de una vivienda turística, etc.), bien sea de forma indirecta (por no poder soportar el ambiente que genera el turismo masificado, por la falta de oportunidades que obliga a la juventud a emanciparse fuera de sus barrios, etc.).
  3. Degradación del medio natural y el paisaje urbano: el turismo capitalista, con sus enormes exigencias de construcción, transporte y consumo, trae consigo una degradación del entorno natural y, a la vez, tiene un impacto significativo en el medio urbano, al transformarlo en función de las necesidades del negocio, perjudicando con frecuencia a las infraestructuras necesarias para el vecindario y al patrimonio histórico y cultural.
  4. Destrucción de las redes y el espacio comunitario: por un lado, se privatizan los espacios físicos de los que la clase trabajadora dispone para su encuentro y ocio, estableciendo criterios burocráticos o costes económicos para su uso; por otro lado, los desplazamientos y la pérdida de espacios comunitarios profundizan en el desarraigo y el individualismo; y por último, la pérdida de estas redes supone un perjuicio para su patrimonio y características culturales y contribuye al predominio del modelo cultural mercantilizado, perjudicando también a las lenguas minorizadas como el euskera.

El papel del Estado

El Estado, en su papel de garante de la acumulación capitalista, facilita y promueve el negocio del turismo, en la medida en que éste es un destino importante de las inversiones de capital y un mecanismo importante para que parte de las clases medias mantengan su posición. En todos los niveles de la administración estatal se adoptan medidas para hacer posible este negocio: adecuación del marco legal y fiscal, regulación del uso del suelo, planes urbanísticos o normativas de licencias, entre otras.

La colaboración público-privada se nos aparece en su máximo esplendor. Las instituciones capitalistas ponen los recursos públicos a disposición del negocio del turismo; es decir, del beneficio privado. La promoción de las conocidas como "marca-ciudad" o "marca-terrirorio", tan habituales desde los años 90, es un claro ejemplo de ello: las instituciones, en colaboración con el sector privado, desarrollan tácticas diversas para hacer de una ciudad o territorio un atractivo para el turismo, organizando grandes eventos musicales o deportivos, promoviendo edificios de prestigiosos arquitectos, especializándose en una oferta particular de ocio y, en general, convirtiendo un determinado espacio geográfico en producto que competirá en el gran escaparate del turismo internacional. Todos los partidos que desempeñan funciones de gestión, independientemente de su discurso, alimentan esta simbiosis con el negocio del turismo bajo la excusa de atraer turistas (en cuanto consumidores) e inversión extranjera.

Dicho esto, cuando las consecuencias del negocio del turismo y el malestar social se hacen evidentes, los partidos políticos institucionales, y en especial la socialdemocracia, aplican medidas de intervención. En general, estas medidas se limitan a paliar algunos de los efectos de la masificación, sin afectar en lo esencial a los intereses económicos del gran negocio turístico. Un breve repaso de algunas de las medidas más célebres puede ayudar a comprender mejor esta idea:

  1. La tasa turística: el coste que se les hace pagar a los turistas por cada noche. En Ipar Euskal Herria está vigente desde 2018, y en Hego Euskal Herria hay bastante consenso entre los partidos institucionales para aplicarlo. El enfoque de esta medida se fundamenta en que el problema de la turistificación es la masificación, y que el agente masificador es el turista. Las ganancias de los propietarios de hoteles y otros alojamientos, así como de los grandes empresarios del sector, no se tocan.
  2. Medidas contra la proliferación de viviendas turísticas: la suspensión provisional de las licencias de vivienda turística en determinados barrios está vigente en algunas capitales, como por ejemplo en Bilbo (PNV, PSE), en Donostia (PNV, PSE) y en Iruñea (EH Bildu, Geroa Bai, Contigo-Zurekin). Una vez más, lo que se pone en el punto de mira es el turismo de masas, eximiendo al turismo de lujo. Además, los hoteles y otras modalidades suelen quedar fuera de estas regulaciones. También hay que tener en cuenta otras dos consideraciones: 1) que las patronales turísticas acepten este tipo de medidas sin grandes discrepancias [13], y 2) el notable consenso entre partidos, ya que los de derechas tampoco suelen tener especiales problemas para implementar este tipo de medidas, e incluso algunas más "valientes", sobre todo en casos en los que la masificación turística es especialmente notoria [14].

Conclusiones

Resumiendo lo dicho hasta aquí, llamamos turismo capitalista al conjunto de actividades turísticas organizadas en base a la lógica de la acumulación capitalista, que se basa en la discriminación clasista en el acceso a estas actividades, y que tiene efectos negativos sobre la clase trabajadora y sobre el territorio. En el ámbito de la vivienda, la altísima rentabilidad de las viviendas turísticas ha atraído a este negocio muchas inversiones en los últimos años, llenando los bolsillos de todo tipo de arrendadores y capitalistas y profundizando en los efectos dañinos antes expuestos.

Frente a esta cuestión se pueden distinguir, sobre todo, dos puntos de vista: primero, el de aquellos que destacan los beneficios del turismo; y segundo, el de aquellos que sitúan el problema de la turistificación en la masificación o directamente en los turistas. En cuanto a los discursos pro-turismo, estos defienden el carácter de win-win del negocio: ganan los empresarios y arrendadores, pero también los ciudadanos, a través de la modernización del entorno y de las infraestructuras. Ante esto, se debe criticar, por un lado, que el punto de partida de los planes de regeneración urbana es siempre asumir la segregación clasista del espacio, que estos se aplican con criterios clasistas [15] y que no prevén mecanismos para evitar procesos de expulsión de la clase trabajadora. En consecuencia, muchas veces los barrios periféricos quedan sin rehabilitar, y en los barrios "regenerados" algunos sectores de la clase trabajadora se ven obligados a marcharse debido al aumento de precios. Por otro lado, hay que desmentir la idea de que el auge del negocio turístico responde a una demanda creciente: según este punto de vista, el turista es el que genera demanda, y los agentes económicos y políticos se limitan a generar una amplia oferta para satisfacer esa demanda. El proceso, en realidad, es el contrario: esta demanda viene precedida de una intervención de empresarios y políticos para crear las condiciones necesarias para el desarrollo de este sector, a través de inversiones y medidas políticas.

El segundo enfoque es la visión hegemónica dentro de la lucha contra la turistificación. Este tipo de discursos son los que dominan hoy en día los movimientos sociales, las asociaciones de vecinos y las plataformas contra la turistificación. Respecto a ellos, es importante replantearse algunos de los discursos que se utilizan. Por un lado, el peso del problema suele ponerse sobre los turistas, pero, como se ha dicho, los turistas no son los que generan, de la nada, la masificación y sus consecuencias, sino que detrás de la intensificación del negocio del turismo hay decisiones empresariales y políticas conscientes, que son las que debemos señalar, entre otras cosas. Por otro lado, se suele centrar la atención solo en el turismo de masas; esto es, en el tipo de turismo que suele ser accesible para los sectores de renta media-baja. Se deja de lado el sector de lujo y se acaba criminalizando una de las pocas posibilidades de ocio para una parte de la clase trabajadora. Y por último, se presenta el barrio o la ciudad como un sujeto homogéneo. En contra de ello, deberíamos señalar los intereses de clase contrapuestos que existen en cualquier barrio y situar a la clase trabajadora como sujeto, denunciando el problema desde su punto de vista.

Una vez expuesta una breve crítica de estos enfoques, explicaré en qué marco de comprensión deberíamos enmarcar esta cuestión para dar una solución integral al problema de la turistificación. En primer lugar, deberíamos defender el derecho de toda la trabajadora a su necesario descanso y a un ocio de calidad y gratuito. Este derecho nunca podrá ser ejercido bajo el modelo del turismo capitalista, ya que se sustenta en la lógica del beneficio capitalista y solo incorpora a la clase trabajadora en la medida en que esta inclusión sea rentable (no es, por tanto, un modelo universalizable). Además, bajo los criterios de maximización del beneficio, el turismo capitalista no puede garantizar que esta actividad se desarrolle sin dañar ni el entorno ni las condiciones de vida y trabajo de las comunidades receptoras. Para garantizar un acceso universal, gratuito y de calidad al ocio turístico y que éste no suponga un perjuicio para el entorno ni sus habitantes, es necesario arrebatar el control político sobre los recursos sociales a la burguesía, para ponerlos a disposición de la clase trabajadora organizada y organizarlos sobre nuevas bases. Sólo desde este punto de partida y a través de una planificación consciente podremos redefinir lo que entendemos como turismo, en igualdad de condiciones para toda la sociedad.

Por último, siendo este nuestro marco, desde el Sindicato Socialista de Vivienda afirmamos la necesidad de activar luchas contra el negocio del turismo. La lucha contra este negocio debería tener los siguientes objetivos, desde nuestra perspectiva:

  1. Luchar contra los abusos de los propietarios en el marco del negocio del turismo: rescisión de contratos de alquiler para la apertura de pisos turísticos, incrementos de precios, contratos de temporada...
  2. Luchar contra proyectos concretos vinculados con el negocio del turismo: señalar y combatir las medidas e iniciativas que contribuyen a la expansión del negocio del turismo; apertura de hoteles u hostales, concesión de nuevas licencias, poner suelo o dinero público a disposición del negocio...
  3. Poner de manifiesto las perspectivas erróneas y los criterios clasistas de determinadas regulaciones para paliar los efectos de la turistificación: propuestas que no afectan a los intereses del gran negocio turístico, medidas que suponen unos costes adicionales para la clase trabajadora, medidas que restringen el turismo de masas pero mantienen el negocio de lujo...
  4. Dejar al descubierto las contradicciones entre la lógica de la acumulación capitalista y las necesidades sociales, en el marco del negocio del turismo: la relación que existe entre la proliferación de pisos turísticos y la expulsión de la clase trabajadora, la comparación de las plazas turísticas con las de los albergues para personas sin hogar...


REFERENCIAS

[1] La evolución histórica del turismo capitalista, sus características y un análisis más profundo se pueden encontrar en el número 41 de la revista Arteka: Turismo, indiferencia social (julio de 2023).

[2] United Nations World Tourism Organization. https://www.unwto.org/news

[3] Wold Travel & Tourism Council. https://wttc.org/

[4] Para entender mejor el caso canario, el siguiente artículo es muy recomendable: https://contracultura.cc/2024/10/28/canarias-tiene-un-limite-o-los-limites-del-capitalismo-turismo-de-masas-crisis-y-organizacion/

[5] Observatorio Turístico de Navarra (2024). Informe anual de coyuntura turística. https://turismoprofesional.navarra.es/documents/8257989/35389724/INFORME+ANUAL+2024+%28CASTELLANO%29.pdf/c721b99f-17bb-6e6d-7bc1-d451ad145c59?t=1739359722231

[6] Observatorio Turístico de Euskadi (2024). Oferta y ocupación de alojamientos. https://www.euskadi.eus/oferta-y-ocupacion-de-alojamientos/web01-a2behtur/es/

[7] Observatorio Turístico de Euskadi (2024). Empleo en la industria turística. https://www.euskadi.eus/empleo-en-la-industria-turistica/web01-a2behtur/es/

[8] INE (2024). Viviendas turísticas en España. https://ine.es/experimental/viv_turistica/experimental_viv_turistica.htm

[9] Tourisme Béarn Pays Basque (2024). Chiffres Clés du Tourisme. Béarn & Pays Basque, 2023. https://www.calameo.com/tourisme-bearn-pays-basque/books/0000241496237916aa7b3

[10] Ramdam (2023). Les vrais chiffres d’airbnb au Pays Basque. https://ramdam6440.fr/2023/12/28/les-vrais-chiffres-dairbnb-au-pays-basque/

[11] Euskal Hirigune Elkargoa (2024). Meublés de tourisme: un nouveau règlement pour favoriser le logement à l’année. Pays Basque-Euskal Herria. https://www.communaute-paysbasque.fr/actualites/toutes-les-actualites/actualite/meubles-de-tourisme-un-nouveau-reglement-pour-favoriser-le-logement-a-lannee

[12] INE (2024). La Encuesta de Condiciones de Vida. https://ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=9972&L=0

[13] Ejemplo de ello es la declaración publicada por la Asociación de Apartamentos Turísticos de Navarra a raíz de la suspensión temporal de las licencias turísticas del Ayuntamiento de Pamplona, en la que se da por buena la medida y se exigen, como defiende en muchas ocasiones la socialdemocracia, medidas más estrictas para hacer frente a los pisos turísticos ilegales, ya que los propietarios más grandes tienen sobradas capacidades para cumplir con las exigencias de la administración. Se puede leer en: http://www.aparturnaparture.com/reclamamos-medidas-contundentes-contra-los-apartamentos-ilegales-en-pamplona/

[14] Ayuntamientos como el de Palma de Mallorca y el de Valencia, en manos del PP, tienen medidas similares en vigor y, sin ir más lejos, la "ley de compensación" vigente en Ipar Euskal Herria es mucho más restrictiva que las medidas adoptadas en Hego Euskal Herria, a pesar de que el presidente de la Comunidad de aglomeración del País Vasco es un liberal-derechista.

[15] Ejemplo de ello son las Zonas de Bajas Emisiones o las inspecciones técnicas a edificios antiguos (ITE): en ambos casos los sectores de menor renta serán los que más dificultades tendrán para asumir estos costes.

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