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Argazki Nagusia
2024/02/22 10:32

Los trabajadores y las trabajadoras de las ambulancias subcontratadas por Osakidetza están en huelga indefinida. El servicio privatizado está gestionado por las empresas Grup La Pau y Ambulancias Gipuzkoa. GEDAR LANGILE KAZETA ha hablado con el trabajador Asier Muñoz sobre el conflicto laboral en el sector, la dura represión y criminalización que están sufriendo los trabajadores, Osakidetza, la atención sanitaria y, en general, la sanidad.


Desde la semana pasada, los trabajadores y las trabajadoras de las ambulancias estáis en huelga indefinida, pero lleváis haciendo paros desde octubre del año pasado. ¿Cuál es el contexto?

Estamos en la negociación del segundo convenio autonómico del sector del transporte sanitario. El convenio anterior caducó a finales del 2021, y fue el primer autonómico: los anteriores fueron provinciales. El desarrollo de distintas luchas provinciales hizo que las condiciones fuesen muy desiguales entre los tres territorios, y llegó un momento en el que se quisieron igualar las condiciones. Fruto de eso fue el primer convenio autonómico, con la idea de poder tener mejores condiciones en global, y tener opción de luchar más en conjunto.

En la renovación del convenio, nos pillaron de por medio las consecuencias del Covid: el proceso de inflación, la falta de suministro, etc. El Gobierno Vasco decidió aumentar la licitación (el precio que se les paga a las concesionarias) del servicio de ambulancias de Osakidetza un 30%, para que la empresa concesionaria asumiese los costes derivados del aumento de precios y también los derivados de la negociación de nuestro convenio, por las posibles subidas salariales a trabajadores. Pero la empresa quiere quedarse con todo el beneficio, ya que no quiere negociar el convenio con nosotros.

Lleváis más de un año intentando llegar a un acuerdo. ¿En qué punto está ahora la negociación? ¿Qué estáis reivindicando?

Estamos negociando con una especie de confederación de la patronal de ambulancias. Ahora mismo, las negociaciones están totalmente estancadas, y prácticamente se ríen en nuestra cara. En cierto momento, nos dijeron que nos darían una paga de 1.000 euros nada más firmar un acuerdo y que, así, nos podríamos "olvidar de todo".

"Nos dijeron que nos darían una paga de 1.000 euros nada más firmar un acuerdo y que, así, nos podríamos olvidar de todo"

No se nos está planteando ninguna subida razonable. En la última reunión nos dijeron que nos subirían el salario un 2,5%, firmando un convenio a ocho años. Pero la pérdida de poder adquisitivo durante este periodo ha sido muy alta: teniendo en cuenta el IPC, ha sido una pérdida del 17%, así que nosotros planteamos una compensación de ese 17%.

Aparte, hay reivindicaciones desde hace muchísimo tiempo que luego no han tenido tanto peso en el convenio: igualar las condiciones de nuestros compañeros de Osakidetza con las condiciones de los que estamos trabajando en subcontratas, en cuanto a salario, días de libranza, etc. Entendemos que la única manera de tener un servicio de calidad es teniendo todos las mismas condiciones, y adelgazando ese salto que se produce en cuanto a salarios. Y no nos referimos sólo a los salarios: también hacemos referencia a la formación y al reciclaje de profesionales, por ejemplo.

¿Y cómo está actuando el Gobierno Vasco en cuanto a la negociación?

En teoría, la subcontratación supone que los riesgos derivados de la gestión del servicio se trasladan a la empresa que licita. Si los trabajadores de una subcontrata se ponen en huelga, quien asume los costes de un posible incremento de sus salarios tiene que ser la empresa. O si suben los precios de los materiales que tiene que comprar la empresa para dar el servicio, quien asume esos costes también tiene que ser la empresa. El problema es que esa no es la manera en la que el Gobierno Vasco utiliza las subcontrataciones.

"Las empresas no mueven un dedo si el gobierno no les da el visto bueno"

Cuando nosotros hemos ido a una mesa de negociación, lo que nos hemos encontrado es que las empresas no mueven un dedo si el gobierno no les da el visto bueno. Si propones una homologación, responden que lo tienen que consultar. Y es al Gobierno Vasco a quien quieren consultar; así que, al final, estamos negociando con el Gobierno Vasco, pero con un intermediario. Se supone que, legalmente, eso no puede ocurrir en casos de subcontratación.

También habéis denunciado la dejadez en cuanto al mantenimiento de las ambulancias y la falta de recursos.

De hecho, el conflicto de hoy en día viene también de ahí. En realidad, todas las empresas hacen lo mismo, pero el Grup La Pau ha sido especialmente salvaje: hay un déficit muy grande en cuanto al mantenimiento de vehículos, equipamiento, EPIs necesarios, etc. Toda esa dejación de funciones de la empresa ha sido sistemáticamente denunciada por los sindicatos. Que sepamos, la empresa tiene varias sanciones firmes por parte de la Inspección de Trabajo y, ahora mismo, la fiscalía de Araba está investigando una, por poner en peligro la vida de los trabajadores y por no poner medios suficientes.

Estamos hablando, por ejemplo, de tener en las ambulancias cinturones que no enganchan bien, de falta de medicación a pesar de haberla reclamado durante tiempo, o de reventones en las ruedas debido a su mal estado. La empresa intenta alargar la vida útil de los neumáticos, utilizando prácticas directamente prohibidas por la DGT. Y estas no son cuestiones que los trabajadores no hayamos denunciado y no hayamos puesto en conocimiento de Osakidetza o de nuestros jefes: es que es una denuncia constante, pero que nunca trasciende más allá. El hartazgo de la plantilla, en general, es enorme.

Con la excusa de los sabotajes a las ambulancias, estáis sufriendo una gran campaña de criminalización.

Al final, estamos poniendo en tela de juicio cómo se está dando el servicio de transporte sanitario, y eso acaba siendo duramente reprimido; no sólo por la empresa, sino también por Osakidetza. Cada vez que alguien sale en televisión o en la prensa explicando cómo funcionamos, lo hace con mentiras. Y uno de los ejemplos más claros es el caso de Bermeo, donde ha muerto una señora.

"Estamos poniendo en tela de juicio cómo se está dando el servicio de transporte sanitario, y eso acaba siendo duramente reprimido"

Lo que han planteado es que hubo un sabotaje en una de las ambulancias; aunque lo que no cuentan es que la empresa, por contrato, está obligada a sustituir cualquier defecto de una ambulancia en una hora. Cosa que no ocurrió y por la que, por cierto, el Departamento de Salud no ha sancionado a la empresa. A la empresa se le comunicó ese mismo día que la ambulancia no estaba disponible, y el suceso de Bermeo ocurrió tres horas más tarde.

La persona fallecida había sido atendida previamente por una médico del ambulatorio y parece ser que, más tarde, la familia llamó cuando estaba llegando al fin de sus días. Desde la coordinación de emergencias indicaron que había que hacer una reanimación, y ordenaron tanto a la ambulancia avanzada de Gernika como a la básica acudir al lugar. Cuando llegó la médico vio que no tenía sentido hacer una reanimación, y entonces la ambulancia se echó atrás. Ahora dicen que un sabotaje dificultó la asistencia a esta persona, cosa que no tiene ningún sentido.

El tema de los sabotajes es un tema complejo. Por un lado, nadie está a favor de que se sabotee un servicio esencial en sí; no somos delincuentes. Todo el mundo habla de los sabotajes, pero son fruto de conductas de personas que se encuentran en una situación muy compleja. Y, por otro lado, nadie habla de que las deficiencias en el mantenimiento de las ambulancias han potenciado accidentes de todo tipo y de que han llevado a problemas importantes en la asistencia. No son sabotajes como tal, es una dejación de funciones, pero los efectos son los mismos.

"Nadie habla de que las deficiencias en el mantenimiento de las ambulancias han potenciado accidentes de todo tipo [...]. No son sabotajes como tal, es una dejación de funciones, pero los efectos son los mismos"

Es increíble que se achaquen a la huelga problemas en el servicio que son, en realidad, estructurales. Hace poco me llamó un periodista preguntándome si, en un atropello de Gasteiz, había sido producto de la huelga el que la ambulancia llegase en unos 16 minutos. Y no. Eso es fruto de que haya tan pocos recursos.

La represión por parte de la empresa y la Policía también está siendo brutal.

Todo el mundo está expectante ahora mismo, porque no sabemos el alcance de la difamación y la persecución. Ahora mismo hay dos personas a las que se les ha suspendido de empleo y sueldo de manera indefinida (y eso se materializará en un despido si un juez los responsabiliza penalmente), porque se les acusa de haber pinchado las ruedas de algunas ambulancias.

Hay, que sepamos, quince personas en Araba y cuatro en Gipuzkoa a las que la Ertzaintza ha llamado porque están siendo investigadas por dichos sabotajes, que es lo mismo que estar imputadas. Y claro, cuando te pones a mirar quiénes son las personas señaladas, te das cuenta de que son personas activas y que se organizan. Delegados sindicales incluidos.

"El hostigamiento ante la lucha sindical ha sido una constante, y solamente la amenaza y el señalamiento público ya suponen un intento de atemorizar a los trabajadores"

La única manera de que se acuse a esta gente es mediante una denuncia directa. Por lo tanto, entendemos que hay una persecución directa de la empresa, con connivencia de la Policía. Pero, además, antes de llegar a este punto, hemos visto cómo a delegados sindicales les han pinchado las ruedas de sus propios coches, cómo otro delegado ha recibido mensajes anónimos amenazantes en casa, y cómo han empapelado su portal reprochándole ser el autor de los sabotajes; además de llamadas de cargos intermedios de la empresa a trabajadores en huelga, exigiéndoles que fuesen a trabajar, bajo amenaza de llamar a la Ertzaintza. El hostigamiento ante la lucha sindical ha sido una constante, y solamente la amenaza y el señalamiento público ya suponen un intento de atemorizar a los trabajadores.

¿Es esto algo nuevo?

No es nada nuevo, y tampoco es propio de una sola empresa. En la época de la pandemia, por ejemplo, la Ertzaintza pidió un año y medio de prisión para mí, porque critiqué la política de vacunación que se estaba siguiendo, ya que el PNV decidió vacunar antes a la Policía que a los trabajadores de las ambulancias subcontratadas. Expuse públicamente lo ocurrido, y acompañé eso con un chiste. Así que la Ertzaintza me denunció por delito de odio contra la Policía.

En el momento en el que piden una pena de cárcel por algo así, todos los compañeros ya están en sobreaviso de que no deben decir nada. La persecución de cualquier persona que cuente cómo funciona Osakidetza es feroz. Yo creo que el PNV sabe que le van a afectar los temas relacionados a Osakidetza que han ido saliendo a la luz, y que ese es un impacto que tiene asumido. Pero, más allá de eso, no va a permitir que nadie explique a la gente cómo está funcionando realmente Osakidetza, y cómo ha funcionado durante tantísimos años. Recordemos lo que pasó cuando salió a la luz que, en Osakidetza, los jefes de los servicios de medicina pasaban los exámenes de oposiciones a quien ellos querían que aprobasen.

"Osakidetza se ha mantenido durante mucho tiempo gracias al sobreesfuerzo de sus trabajadores, algo de lo que la gente no era consciente"

Osakidetza ha sido el buque insignia de la supuesta buena gestión jeltzale. Y, de repente, hoy nos damos cuenta de que no estaba tan bien. Lo que pasa es que habían hecho reformas y los ambulatorios estaban más bonitos, por decirlo de alguna manera. Osakidetza se ha mantenido durante mucho tiempo gracias al sobreesfuerzo de sus trabajadores, algo de lo que la gente no era consciente. Pero, después de lo que ocurrió con el Covid, la gente ya no espera tanto. Y los trabajadores de Osakidetza se han divorciado emocionalmente de algo que entendían como suyo.

Para esta huelga indefinida, os han vuelto a imponer servicios mínimos de casi el 100%.

Cuando nos ponemos en huelga, Osakidetza nos dice inmediatamente: "Vuestros servicios mínimos son del 100%". Es decir: "No tenéis derecho a la huelga". Que básicamente es lo mismo que decir: el 100% de los días del año estamos trabajando con lo mínimo indispensable para la gente.

"El 100% de los días del año estamos trabajando con lo mínimo indispensable para la gente"

Esa situación puede durar años, donde lo único que diferencia una huelga de un servicio ordinario es un cartel que pone Servicios mínimos. Pero tienes que ir a trabajar igual. Además, cuando estás vestido con la ropa de emergencias, no puedes repartir propaganda o llevar parches que te identifiquen como trabajador en lucha, porque la empresa te sanciona. O sea: puedes decir a la gente que estás en huelga, pero da exactamente igual.

"Somos plenamente conscientes de lo que supone una huelga en las ambulancias, no lo hacemos a la ligera. [...] Es la única solución para conseguir unas condiciones dignas para nosotros, pero también para ser capaces de atender a la gente como se merece"

El problema de hacer huelga en un servicio como el nuestro es que, literalmente, tiene consecuencias para la gente. Somos plenamente conscientes de lo que supone una huelga en las ambulancias, no lo hacemos a la ligera. Nuestro trabajo es estar 24 horas pendiente de que a la gente le pase algo e intentar salvarla. Sabemos lo que es una huelga; ha sido un año y medio de lucha continua. Y es la única solución para conseguir unas condiciones dignas para nosotros, pero también para ser capaces de atender a la gente como se merece.

Últimamente se está hablando mucho de desmantelamiento de la sanidad pública.

La brocha gorda tiene el problema de que es muy fácil que te tiren todo abajo mediante datos. Yo odio el lema La sanidad pública no se vende, se defiende. Y no lo odio porque me parezca equivocado, sino porque creo que resume bien un concepto muy razonable, pero explica poco lo que está pasando. Dicen, por ejemplo: "No hay médicos". Y no es verdad. Jamás ha habido tantos médicos. ¿Qué pasa? Que nunca ha habido tantos servicios sanitarios como ahora.

Antes, las clínicas privadas ofrecían servicios muy puntuales. Hoy en día, los servicios asociados a la privada son gigantes. De repente han aparecido un montón de puestos de trabajo en la privada, y hay mucha gente que decide trabajar en la privada, o compaginar la pública y la privada. Las condiciones de trabajo de Osakidetza han ido degradándose cada día más. Eso no ocurre tanto en el sector privado, así que mucha gente prefiere optar por él. Y en la pública, además, hay una exigencia muy superior en cuanto a la cantidad de pacientes a atender, por ejemplo.

"Tenemos ahora mismo una sanidad privada que solo crece cuando la percepción ciudadana es que la sanidad pública no funciona. Pero eso no genera un alivio asistencial en la pública"

Por otro lado, a medida que la gente percibe que los servicios de la pública son cada vez más deficitarios, acude más a la privada. Tenemos ahora mismo una sanidad privada que solo crece cuando la percepción ciudadana es que la sanidad pública no funciona. Pero eso no genera un alivio asistencial en la pública, porque al pasar cierto tiempo, la gente acude a la pública para algunas cosas, y a la privada para otras. Se crean dobles y triples circuitos de asistencia. Así que, pasado el periodo inicial, el tener contratado algún servicio en la privada no alivia la sanidad pública. Lo que sí hace es educar a la gente en cómo quiere ser atendida.

En los centros privados nadie va a negar a ningún paciente ninguna de sus demandas. Todo son sonrisas, y nunca te vas a encontrar a alguien que te diga que no necesitas lo que estás solicitando; mientras pagues. En la pública alguien tiene que decirte que no necesitas lo que estás solicitando, si es así. Pero porque el uso racional de los servicios hace que eso sea necesario.

Esa satisfacción de la demanda en el sector privado se traslada a la pública, hasta el punto de que la pública a veces acaba teniendo que satisfacer demandas que realmente no son necesarias. Por ejemplo, el IMQ vende que es mejor parir en sus centros porque no vas a tener a un migrante en la misma habitación. Y las personas entienden que tener una habitación individual es una mejor asistencia sanitaria. Pero cuando luego te enteras de que el hospital Cruces de Osakidetza es el tercer mejor hospital de Europa en cuanto a la cantidad de complicaciones postnatales, la perspectiva cambia. Y si miráramos los datos sobre la cantidad de complicaciones perinatales que han tenido en IMQ, igual algunas personas se asustarían.

"Esa satisfacción de la demanda en el sector privado se traslada a la pública, hasta el punto de que la pública a veces acaba teniendo que satisfacer demandas que realmente no son necesarias"

De cara al exterior, se vende mucho el funcionamiento de la privada. Nos han vendido las ecografías 4D y 5D como algo maravilloso, cuando esa técnica es irrelevante a nivel clínico. Pero ha llegado a tal punto la exigencia de la gente en tantas cuestiones, que algunos servicios de Osakidetza ya han incorporado ese tipo de ecografías. Y, para eso, se necesitan máquinas que valen 15-20 más que un ecógrafo normal de control sanitario. Las dinámicas que se producen en el sector privado, antes o después, se trasladan al sector público por falta de decisión política, o por una decisión política deliberada.

Y, aparte, hay otra cuestión importante: la sanidad privada necesita de la sanidad pública para poder subsistir. Lo que pasa es que no necesita toda la sanidad pública. Por un lado, necesita aquella que le permita no tener que asumir a esas personas que le suponen mayores costes (como patológicos crónicos). Son las personas que, al no ser rentables, expulsan del sistema privado, y la sanidad pública siempre va a acoger. Y, por otro lado, necesita prescindir de aquellos servicios de la sanidad pública que previenen las intervenciones sanitarias. Porque eso es, al final, su negocio. Modificar la manera de organizar la sanidad pública, que es el espejo de las buenas prácticas sanitarias a ojos de quien no sabe de sanidad, supone transformar las dinámicas de salud de toda la población.

¿Qué opinas sobre el modelo sanitario de Osakidetza?

Es de Organización Sanitaria Integrada (OSI). Es un modelo neoliberal hospitalcentrista a muerte: el proceso que empieza cuando entras por atención primaria y acaba cuando sales por rehabilitación, es considerado como un único servicio. Todo es una unidad de gestión. De modo que cuando, por ejemplo, se hacen los presupuestos para sanidad, todo el dinero va para el conjunto. Eso significa que las áreas que son más sustractoras de presupuesto van a estar sobrefinanciadas, y las que son menos capaces de atraer esa gestión van a estar menos financiadas.

"El modelo que tenemos está pasando de ser un sistema centrado en la prevención y promoción de la salud, a un modelo centrado en la asistencia misma. Y ¿por qué? Pues porque la asistencia de enfermos es la que produce beneficio a las industrias"

La mayor parte de los fondos se destina al hospital. Los hospitales son cada vez más grandes. A diferencia de lo que dicen la ciencia o el OMS, el modelo que tenemos está pasando de ser un sistema centrado en la prevención y promoción de la salud (para evitar la asistencia), a un modelo centrado en la asistencia misma. Y ¿por qué? Pues porque la asistencia de enfermos es la que produce beneficio a las industrias: a la farmacéutica, las aseguradoras, el dispositivo sanitario, etc. Prevenir no da tanto dinero a las empresas privadas.

Están vaciando de recursos la atención primaria. Esa falta de financiación en la puerta de entrada a la sanidad pública hace que las demandas asistenciales de la población no paren. Y la gente acaba buscando esa asistencia en urgencias. La gente tiene la sensación de que urgencias está desbordada, porque la puerta de urgencias se ha convertido en lo que debería ser la puerta del ambulatorio.

Todo esto es un círculo que hace que el servicio de urgencias esté reventado. Los últimos seis años hemos multiplicado casi por 2,5 el número de emergencias. Somos una población razonablemente sana, así que no tiene sentido que hayamos multiplicado el número de asistencias.

¿Y qué consecuencias tiene todo esto?

Los pacientes son excesivamente dependientes de la consulta médica de atención primaria. Pero, por ejemplo, se han dejado de hacer cosas como las recetas de ejercicio físico, las dinámicas para prevenir malos hábitos insalubres, la educación sanitaria, etc. Se han dejado de favorecer dentro de la atención primaria, y lo que se ha favorecido son las consultas sucesivas, permitiendo el avance sin precedentes de la industria farmacéutica. Y lo que se consigue es que los propios profesionales médicos siempre opten por la vía farmacológica o por la vía que genera una plusvalía económica.

"Hemos medicalizado procesos que no tienen ninguna razón para ello. [...] Y todo eso tiene que ver con un modelo sanitario que está centrado en ser funcional a un sistema económico"

Hemos medicalizado procesos que no tienen ninguna razón para ello. Tenemos una población hipermedicalizada que, a día de hoy, puede tener una gran calidad de vida pero que, a la larga, sabemos que tiene un decaimiento espectacular. Especialmente las mujeres, porque son las que más medicalización sufren. Y todo eso tiene que ver con un modelo sanitario que está centrado en ser funcional a un sistema económico.

Creo que toda esta caída progresiva de la sanidad viene determinada por el capitalismo por desposesión: cuando los mercados están saturados de mercancías y no hay fuerzas destructivas suficientes como para establecer nuevos mercados, lo que se plantea el neoliberalismo es extender sus mercados a aquellas esferas de la vida que no estaban mercantilizadas. Aumentar el número de mercados y las vías de extracción de plusvalía. Y así, la sanidad ha ido degenerando.

Y esto no sólo ha afectado en el ámbito de la salud, ha afectado también en la universidad. Por ejemplo, al elaborar las tesinas, es casi imposible hacerlas al margen de todos aquellos grupos de investigación que están asociados a la industria, o profesores que estén involucrados con la farmacología. Toda iniciativa está condicionada por las dinámicas de presupuesto de la universidad y de sus líneas estratégicas.

¿A quién beneficia todo ese nicho de mercado?

En toda esta dinámica de consumismo sanitario facilitado, tenemos una red clientelar gigante de empresas satélite de la estructura económica peneuvera y asociados, que pivotan alrededor de la sanidad pública y que no son muy diferentes a otras que tenemos en distintas partes del Gobierno Vasco. Todos los servicios públicos están rodeados de empresas que son incapaces de competir en el libre mercado y que son expertas en licitar siempre al Gobierno Vasco.

"Tenemos una red clientelar gigante de empresas satélite de la estructura económica peneuvera y asociados, que pivotan alrededor de la sanidad pública"

¿Cómo ves el futuro?

Creo que este conflicto se alargará mucho en el tiempo. Si somos capaces de dar la batalla, vamos a sufrir una represión terrible. Somos plenamente conscientes de ello. Y ahí veremos quién es capaz de aguantar más.

"Es urgente el plantearnos que sólo protegiendo a los trabajadores más precarizados podremos avanzar como conjunto de la clase obrera"

Y aparte, creo que tenemos que pasar a una fase de participación en los conflictos del vecino. Hablar de la solidaridad obrera y esas cosas queda bien, pero es urgente el plantearnos que sólo protegiendo a los trabajadores más precarizados podremos avanzar como conjunto de la clase obrera. Porque los ataques están siendo feroces. El devenir de la ofensiva del capitalismo se va adaptando a las zonas en las que menos resistencia se encuentra. Es como un río: siempre va a ir por el camino donde más fácil es discurrir.

"El devenir de la ofensiva del capitalismo se va adaptando a las zonas en las que menos resistencia se encuentra. Es como un río: siempre va a ir por el camino donde más fácil es discurrir"

Nosotros, obviamente, luchamos por nuestras condiciones. Pero también luchamos por poder dar una asistencia sanitaria a la clase obrera, y eso a veces a la gente se le olvida. Nosotros vivimos diariamente los problemas de la gente: vemos accidentes de tráfico de gente precaria que va de un trabajo a otro, vemos cómo en las obras siempre es la misma gente la que acaba teniendo accidentes laborales, vamos a domicilios y quienes más necesitan nuestra asistencia son las personas que tienen peores trabajos y condiciones más precarias, etc. Nosotros peleamos por lo nuestro, pero somos testigos directos de lo graves que son las consecuencias que este avance neoliberal está teniendo. Así que yo no haría un llamamiento a que acudan a nuestro conflicto: haría un llamamiento a que empecemos a ir a los conflictos de todos. Y sobre todo a los de aquellos que no pueden tener su propio conflicto.

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  1. M
    Manu 2024/03/05

    Ondo baino hobeto

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